𝑹𝒆𝒃𝒐𝒐𝒕; Percy Jackson ✔️ [#2]

𝘔𝘪 𝘙𝘶𝘪𝘯𝘢

❝ Verte solo me produce arcadas ❞
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Alone Together - Sabrina Carpenter

Saltar por una ventana a mil quinientos metros del suelo no era mi actividad favorita. Sobre todo si llevo encima unas alas de bronce y tengo que agitar los brazos como un pato aun adoloridos. Aunque debo de admitir que volar si que era algo diferente.

Sentir incluso el fresco aire en tu rostro era una sensación libérante y telajadora, te llenaba el alma con felicidad y dibujaba una sonrisa en tus labios. Volar era la perfecta representación de libertad, con el cielo tan azul y calmo, desde ahí la ciudad era pequeña como hormigas y la responsabilidad se desvanecía de tus hombros.

Un peso parecía irse de tu corazón.

Pero no duraría por siempre, las alas no resistirían y si no queríamos morir tendríamos que bajar.

Era media tarde y aquello estaba repleto de gente, pero nos quitamos las alas a toda prisa. Al examinarlas de cerca, vi que mi sospecha era cierta. Los sellos autoadhesivos que las sujetaban a la espalda estaban a punto de despegarse y algunas plumas de bronce ya empezaban a desprenderse. Era una lástima, pero no podíamos arreglarlas ni mucho menos dejarlas allí para que las encontraran los mortales, así que las metimos a presión en un cubo de basura que había frente a la cafetería.

En donde se suponía que estaba la torre de Dédalo no se encontraba absolutamente nada. No se veía ni rastro del humo ni de los ventanales rotos. Sólo una ladera árida y desnuda.

-El taller se ha desplazado -deduje -. No me imagino a donde.

-¿Qué hacemos ahora? -preguntó Percy-. ¿Cómo regresamos al laberinto?

Annabeth escrutó a los lejos la cumbre de Pikes Peak.

-Quizá no podamos. Si Dédalo muriera... Él ha dicho que su fuerza vital estaba ligada al laberinto. O sea, que tal vez haya quedado totalmente destruido. Quizá eso detenga la invasión de Luke.

Esa idea me atemorizo. Pensé en Grover y Tyson, todavía en alguna parte allá abajo probablemente en peligro.

-No -dijo Nico-. No ha muerto.

Lo mire y comprendí que eran sus poderes siendo Hijo de Hades.

-¿Cómo puedes estar tan seguro? -pregunto Perch.

-Cuando la gente muere, yo lo sé. Tengo una sensación, como un zumbido en los oídos.

Me acerque a su lado, en cuanto Nico noto mi cercanía paso sus brazos por mi cintura aferrándose fuerte, sus ojos se movían temerosos como si en aquel mismo instante me desvaneciera tal cual grano de arena. Acurrucó su cabeza en la mía y la frotó contra su mejilla soltando suspiros de vez en cuando.