𝘖𝘵𝘳𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘦𝘤í𝘢 𝘴𝘶𝘪𝘤𝘪𝘥𝘢

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❝ Yo no soy una líder natural como tú, pececito

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❝ Yo no soy una líder natural como tú, pececito. Tengo miedo de fallar. ❞
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Quirón había insistido en que habláramos por la mañana, lo cual era como decirnos: « Vuestra vida corre un peligro mortal, chicos. ¡Que durmáis bien!» Le hubiera contestado si no lo respetará. Me resultó difícil conciliar el sueño sin tener pesadillas del autómata y Bianca.

Aún me sentía algo temblorosa a la mañana siguiente, cuando Quirón convocó un consejo de guerra. Nos reunimos en el ruedo de arena, cosa que encontré muy extraña: es decir, tratar de discutir el destino del campamento mientras la Señorita O'Leary mascaba un yak de goma rosa de tamaño natural, arrancándole crujidos y pitidos, resultaba un poco raro.

Quirón y Quintus ocupaban la cabecera de la mesa. Clarisse, Annabeth, Brigid y yo nos habíamos sentado  juntas y nos encargarmos de resumir la situación. Tyson y Grover se acomodaron lo más lejos posible el uno del otro, lo que significaba tener a Percy lejos. También se hallaban en torno a la mesa Enebro, la ninfa del bosque, Silena, Travis y Connor Stoll, Charlie, Lee Fletcher e incluso el mismísimo Argos, nuestro jefe de seguridad dotado de cien ojos. Mientras yo hablaba, Argos mantuvo su centenar de ojos azules fijos en mi con tal intensidad que todo su cuerpo quedó inyectado en sangre y yo me sentía hecha queso.

—Luke debía de conocer la entrada del laberinto —dije sería —. Conoce el campamento como la palma de su mano.

Enebro carraspeó.

—Eso trataba de decirte anoche. La entrada de esa cueva ha estado allí desde hace mucho. Luke solía utilizarla.

Silena frunció el ceño.

—¿Conocías la entrada del laberinto y no dijiste nada?

La cara de Enebro se puso verde.

—No sabía que fuera importante. Sólo es una cueva. Y a mí no me gustan esas repulsivas cavernas antiguas.

—Tiene buen gusto —opinó Grover.

—No le habría prestado ninguna atención de no ser... bueno, porque era Luke. —Se ruborizó con un verde aún más intenso.

Grover resopló.

—Retiro lo del buen gusto.

—Interesante. —Quintus pulía su espada mientras hablaba—. ¿Y creéis que ese joven, Luke, se atrevería a usar el laberinto como vía de entrada para su invasión?

—Sin duda —intervino Brigid —. Si lograra meter a un ejército de monstruos en el Campamento Mestizo y presentarse de repente en mitad del bosque sin tener que preocuparse de nuestras fronteras mágicas, no tendríamos la menor posibilidad. Nos aniquilaría fácilmente. Debe de llevar meses planeándolo.

𝑹𝒆𝒃𝒐𝒐𝒕; Percy Jackson ✔️ [#2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora