𝘙𝘢𝘯𝘤𝘩𝘰 𝘛𝘳𝘪𝘱𝘭𝘦 𝘎

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❝ ¿Te das cuenta? Todo saldrá bien ❞

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❝ ¿Te das cuenta? Todo saldrá bien ❞
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Nos detuvimos por fin en una sala llena de cascadas. El suelo era un gran pozo rodeado por un paso de piedra sumamente resbaladiza. El agua salía de unas enormes tuberías, chorreaba por las cuatro paredes de la estancia y caía con estrépito en el pozo. No divisé el fondo cuando lo enfoqué con la linterna. Briares se desplomó junto al muro. Recogió agua con una docena de manos y se lavó la cara.

—Este pozo va directamente al Tártaro —musitó—. Debería saltar y ahorraros más problemas.

—No hables así — le dije con una leve sonrisa —. Puedes volver al campamento con nosotros y ayudarnos a hacer los preparativos. Seguro que tú sabes mejor que nadie cómo combatir a los titanes.

—No tengo nada que ofrecer —se lamentó él—. Lo he perdido todo.

—¿Y tus hermanos? —dijo Tyson—. ¡Los otros dos deben de seguir siendo altos como montañas! ¡Podemos llevarte con ellos!

El rostro de Briares adoptó una expresión aún más triste: era su cara de luto.

—Ya no existen. Se desvanecieron.

Las cascadas seguían rugiendo. Tyson contempló el pozo y pestañeó. Un par de lágrimas asomaban en su ojo.

—¿Qué significa que se desvanecieron? —pregunte —. Creía que los monstruos eran inmortales, como los dioses.

—Percy —dijo Grover débilmente—, hasta la inmortalidad tiene sus límites. A veces... a veces los monstruos caen en el olvido y pierden la voluntad de seguir siendo inmortales.

Observé a Grover y me pregunté si estaría pensando en Pan. Recordé lo que la Medusa nos había dicho una vez: que sus hermanas, las otras dos gorgonas, habían muerto y la habían dejado sola. Y Apolo, el año anterior, hablando del antiguo dios Helios, comentó que había desaparecido y lo había dejado solo con todas las tareas del dios del sol. Y una idea aterradora cruzó mi miente, que eso justamente le pasaría a Helena si no encontrábamos una solución.

—Debo irme —dijo Briares.

—El ejército de Cronos invadirá el campamento —advirtió Tyson—.
Necesitamos tu ayuda.

El centimano bajó la cabeza.

—No puedo, cíclope.

—Eres fuerte.

—Ya no. —Briares se levantó.

—Eh. —Lo agarré de uno de sus brazos y me lo llevé aparte, de modo que el rugido del agua ahogara nuestras palabras—. Briares, te necesitamos. Por si no te habías dado cuenta, Tyson cree en ti. Ha arriesgado la vida para salvarte.

𝑹𝒆𝒃𝒐𝒐𝒕; Percy Jackson ✔️ [#2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora