Extraordinario

¿Cómo se hace esto exactamente?

Para alguien que cree que sabe lo que hace, Kongpob parece un poco perdido.

Bueno, no es como si Arthit lo supiera tampoco, pero de los dos, Arthit es quien debería estar familiarizado con este tipo de cosas, aunque no lo está.

Arthit es virgen, y no es como si serlo fuera algo malo. Es sólo que Arthit no ha tenido muchas experiencias en cuanto a sexo se refiere, y esto es aún más evidente ya que se ha mantenido estupefacto en su lugar después de seguir a Kongpob a su recámara.

¿Ahora qué?, piensa para sí mismo.

Kongpob se sienta allí en la cama, apoyando sus brazos detrás de él con la misma expresión perdida que él tiene.

—Sólo dije eso porque es lo que dicen los actores porno —habla Kongpob.

—¿De qué hablas?

—Que mi pene no se va a chupar solo —explica su novio. —Que por cierto es fisiológicamente imposible.

Arthit ríe. Kongpob pudo haber parecido convincente hace rato, pero en realidad su novio sigue siendo inocente.

En teoría, Arthit sabe qué hacer, sabe a dónde mover sus manos, en dónde poner sus labios, pero esas son sólo teorías que sacó investigando (léase: viendo) porno gay en internet.

Esto es diferente.

Esto es la vida real.

Y si tanto su conocimiento como el de Kongpob sobre el sexo vienen de pornhub, entonces Arthit no sabe cómo terminará esto.

Empiezan besándose.

Eso es lo que están acostumbrados a hacer, pero esta ocasión, los latidos del corazón de Arthit son lo suficientemente fuertes como para oírlos.

Desde que Kongpob trajo todos esos juguetes sexuales para el día de San Valentín, ambos han estado haciendo lo suyo a su propio ritmo.

Se tomarían un descanso si alguno de los dos, casi siempre Arthit, se sentía incómodo o con la sensación de estar yendo muy rápido.

Pero ambos lo quieren esta ocasión.

Mientras los besos de Arthit son como si siempre estuviera tanteando el terreno, los de Kongpob son como un tornado: potentes y devastadores.

Y sólo es cuestión de tiempo antes de que Arthit sucumba ante el devastador peso de Kongpob.

Entonces, su novio juega con el borde de su camisa, y con un movimiento calculado, Kongpob quita la camisa de Arthit y él hace lo mismo.

Antes, sólo habían llegado hasta ese punto.

Ver el pecho expuesto de Kongpob por primera (segunda) vez, dejó a Arthit como un desastre sonrojado.

Pero ahora, ya se ha acostumbrado a la vista.

El cuerpo de Kongpob se siente caliente contra el suyo. Arthit envuelve su brazo alrededor de su novio y sus manos sienten los músculos de la espalda de Kongpob mientras este empieza a dejar besos en su cuello.

Sus cabezas se mueven como en una constante danza en la que sus labios se encuentran antes de apartarse para probar la piel del otro.

Es una danza con la que ya están familiarizados, y cuando Kongpob muerde ligeramente la piel entre su cuello y hombro, Arthit gime.

—Oon...

—Sin hablar —Arthit lo interrumpe con un beso.

Si Kongpob habla, entonces la vergüenza de Arthit resurgirá. Además, no sabe qué saldrá de los labios de su novio.