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Habíamos llegado a un gran prado verde, muy espacioso, donde algunos pegazos descansaban.

Me causo algo de gracia cuando vi la reacción de Jesús ante tal animal, por lo que reí un poco en silencio y le comenté cómo es que se llamaban.

Me agradó ver es mirada típica de los niños en sus ojos. Y pensar que sobre ellos antes solo abundaba un dolor.

Ese brillo en sus ojos.

Lo tome de la mano, con cautela y empecé a caminar con él hacia donde se encontraban. Quedando a pocos pasos de un pedazo, que al vernos acortó por voluntad propia la distancia. Dejando que yo lo acariciará.

~ Estate calmado, ellos no pecan.

Dije con algo de ironía y gracia mientras, aún sujetaba la mano de este y la acercaba al lomo del animal para que lo pudiera acariciar. Aún no reaccionaba, seguro por la sorpresa y la cercanía.

... -

Jesús mantuvo silencio, observando como llevábamos acabo esa simples y delicadas acciones, que eran simplemente acariciar el lomo de un inofensivo animal.

LUCIFER (Jesúsxlucifer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora