VII

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Cinco llamadas habían llegado al teléfono de Lizy en apenas tres minutos y no había contestado ninguna. Pudo escuchar con claridad como Aiden llamaba a Lia para que esta fuera a recoger a Roger y sabía a la perfección, que el protagonista de esas llamadas sería el chico.

— ¿De verdad no piensas cogerle el movil? — su amigo, que se encontraba sentado en el suelo de su habitación la miraba con curiosidad — ¿ya no te importa lo que le pase?

— Lo que me sorprende es que te importe a ti, pense que lo tenías por un loco mentiroso.

Suspiró, levantándose de la silla giratoria de su escritorio y dejándose caer sobre su mullida cama; aún estaba enfadada, odiaba como el chico la había tratado desde el momento que se conocieron, su tono prepotente y su arrogancía la habían hecho llegar al limite, pero también sentía lastima por el, imaginaba constantemente lo solo y perdido que este debía sentirse. 

— Sigo pensando que es un loco, pero nunca te había visto de esta forma — Aiden imitó a su amiga y se tumbó a su lado, apartando la almohada que esta estaba usando para cubrir su rostro — y se que te sientes mal por haberle dejado solo.

— No tenía otra opción, solo ha causado molestias y la culpa es mia. Nunca tendría que haberlo recogido.

— Eres experta en causar problemas, sobretodo a mi.

El chico río, revolviendo el cabello de Lizy mientras se incorporaba. Se dirigió a la ventana y abrió esta, asomándose levemente esperando con ansias la llegada de Lia, le había dicho que llevara a Roger a su apartamento pero sabía lo cabezota que era la castaña.

— Lia cree su historia ¿Lo sabías? — Elizabeth alzó una ceja, centrando su atención en su amigo — anoche me llamó, estuvo prácticamente dos horas contándome lo increíble que sería viajar en el tiempo, que iría a los años sesenta y se colaría en la casa de George Harrison.

— Estás completamente enamorado de ella — la sonrisa que se había formado en los labios de Aiden mientras hablaba se apagó levemente — por eso lo habrá descubierto.

— ¿Quién?

— Roger — se levantó de su cama y tomó el último cigarrillo de la cajetilla, tirando el cartón vacío mientras encendía el tabaco — te brillan los ojos cuando hablas de ella y te brillan aún más cuando la miras, es imposible no darse cuenta.

— Supongo que no puedo evitarlo — un pequeño suspiro de resignación escapó de sus labios, alejando su vista de la ventana y apoyándose sobre el escritorio.

— Todo tiene su tiempo — Lizy se acercó a su amigo, abrazándolo con suavidad mientras recostaba la cabeza sobre su hombro — además, siempre has sido un masoquista.

— Mira quién habló.

Ambos rieron, mientras Aiden pasaba sus brazos por la cintura de su amiga devolviéndole el abrazo.

— ¿Crees que si... — la puerta de la habitación se abrió de golpe, haciendo que ambos dieran un pequeño bote debido al susto.

— Así que por eso no contestas mis llamadas ¿Verdad?

Tanto Lizy como Aiden, que aún se encontraban abrazados, vieron a una Lia muy enfadada mirarles desde la puerta. Y soportar a Lia cuando se enfadaba era una cosa que ambos detestaban.

— ¿Sabes cuánto he tenido que conducir para encontrarle? — la chica se apartó, mostrando a un Roger algo apagado y con la mejilla aún enrojecida — Lo mínimo que podrías hacer es contestarme el puto teléfono.

Lizy se separó de su amigo, rodando los ojos mientras le daba otra calada a su cigarro. No quería mirar a Roger pero sus ojos se movieron solos en su dirección, sintiendo una punzada se culpabilidad en el estómago al ver el rostro del chico.

— Lia no era tan dif...

— Tú mejor cállate, tus indicaciones son una mierda. Me perdí tres veces Aiden, ¡Tres putas veces! pero veo que te da igual, estabas muy ocupado abrazando a tu mejor amiga.

— ¿Quién te abrió la puerta?

— Tu hermano, si tuviera que esperar a que lo hicieras tú nos habríamos congelado.

— No exageres — apagó el cigarrillo y caminó hacia la puerta, quedándose plantada frente a Roger el cuál alzó la vista — ven conmigo.

Cerró la puerta de la habitación, dejando a sus dos amigos discutir dentro y se dirigió escaleras abajo hacia el jardín trasero, con Roger a escasos pasos tras ella.

No tenía muy claro cómo o que decirle, pero la habían educado bien y aunque el chico se había comportado como un idiota le debía una disculpa por el golpe de su mejilla. Una vez fuera se sentó sobre el césped, aún hacía sol y aunque hiciera un poco de frío era agradable estar fuera; miró a Roger esperando que este se sentara a su lado.

— Te debo una disculpa, no tendría que haberte pegado.

— Me lo merecía — suspiró, cruzando sus piernas mientras se acomodaba — he sido un completo imbécil, yo no habría aguantado tanto antes de pegar a un idiota como yo.

— Supongo que tengo mucha paciencia.

Ambos se miraron, solo habían pasado unas horas desde que Lizy le había dejado solo, pero para Roger el tiempo había pasado muy despacio, como si hubieran sido días. El no estaba acostumbrado a confiar en las personas con tanta facilidad, siempre analizaba con minuciosa precisión a la otra persona para ver si esta era digna de su confianza, pero Lizy había roto todos sus esquemas.

— Necesito tu ayuda, no puedo hacer esto solo.

— Yo, de verdad...— Elizabeth suspiró, pasando ambas manos por su rostro — de verdad quería ayudarte, pero siento que se escapa de mis manos. No es sólo tu actitud, no puedo seguir alterando la vida de mis amigos y tampoco la mía. ¿Que pasa si Carter no vuelve en tres meses? ¿Y si no tiene el método para hacerte volver a casa? ¿Que pasará contigo? No habré podido ayudarte.

Azul y verde volvieron a encontrarse, dejando que Roger viera el miedo y la confusión en los ojos de la chica; de verdad deseaba que el volviera a casa.

— Me pregunto eso mismo desde que desperté aquí, pero no voy a rendirme Elizabeth. Intentaré dejar de ser un idiota y no le daré problemas a Aiden pero.. — la voz del chico se cortó un poco — no confiaba en alguien de esta forma desde que conocí a Freddie, te necesito.

Lizy, la cual no quería admitir que también estaba confiando plenamente en el chico asintió. Notaba la sinceridad de este en su voz y una vez más se lanzaría a una piscina en la que no tenía claro si había mucha agua.

Apretó con suavidad la mano de Roger.

— Encontraremos la forma de que vuelvas a casa — el chico no apartó la mirada de sus manos y asintió — pero si vuelves a actuar como un idiota te daré otra bofetada.

La pequeña risa de Lizy contagió al rubio haciendo que ambos rieran, mientras esta soltaba su mano y se levantaba del césped.

– Lo veo justo.

— Te daré hielo para la mejilla, hará que baje la..

— ¡Elizabeth! — su madre, que había aparecido por la puerta trasera de la casa se dirigió a ellos, seguida de Aiden y de Lia, los cuales la miraban con terror en el rostro — explícame ahora mismo que es eso de que has recogido a un viajero del tiempo. Y más te vale decirme la verdad.

Por la mirada de sus amigos se dió cuenta al momento, su madre les había escuchado hablar de Roger. Estaba soberanamente jodida.

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La nueva portada es gracia al bebé de Azul, les dejo sus cuentas para que la sigan.

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ᴛɪᴍᴇʟᴇꜱꜱ °ʀᴏɢᴇʀ ᴛᴀʏʟᴏʀ°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora