XI

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Londres, 31 de diciembre de 2017

(18:30 pm)

— ...y después vendrá a buscarnos con el coche, es un idiota pero así podremos beber todo lo que queramos.

Elizabeth ignoraba los parloteos de su mejor amiga, su cabeza estaba centrada sola y únicamente en como conseguiría poner en marcha su idea.

— ¡Lizy! — una de las grandes almohadas impactó contra el rostro de la castaña, la cual soltó un gruñido — llevas desde que volviste en las nubes ¿Pasó algo en casa de tus abuelos?

— No pasó nada, solo lo de siempre.

— Pues entonces anima esa cara, es fin de año y tengo planeado que tengamos la mejor noche del mundo.

La mejor noche del mundo a ojos de Lia se trataba de emborracharse hasta caer en coma etílico, con una Elizabeth fumada y un Aiden furioso; así al menos llevaban pasando las últimas cuatro noche viejas aunque claro, a esta había que sumarle la presencia del nuevo integrante, Roger.

— ¿Me darás a mí el beso de fin de año o seguirás haciéndote la difícil? — Lia levantó ambas cejas de forma pícara mientras sonreía ladinamente, todos los años le hacía la misma broma.

— Idiota.

La castaña se levantó de la cama, arrojándole la almohada a Lia mientras reía; tomó la cajetilla de la mesilla y sacó uno de los tabacos.

— ¿Puedo preguntarte algo? — Elizabeth asintió algo nerviosa, la idea de que Lia hubiera averiguado su plan se instaló en su cabeza —  ¿Si Aiden y tu fueran algo me lo dirías?

— ¿Me estás vacilando? ¿Aiden y yo?

La castaña no paró de reír durante cinco minutos bajo la mirada molesta de su amiga, su estómago incluso llegó a doler y unas cuantas lágrimas escaparon de sus ojos.

— ¿Puedes para de reírte? No le veo lo divertido.

— No puedo creer que me hayas preguntado eso — frotó su rojo rostro aún riendo levemente y suspiró — ¿Que os pasa a todos con Aiden? Primero mi familia y ahora tu.

— Simplemente es curiosidad, últimamente habéis estado muy pegados.

— Siempre hemos estado muy pegados, desde los putos cuatro años — rodó los ojos, tomando su mochila y colgandola de su hombro — nos vemos en unas horas y coge abrigo, después te pasas la noche tiritando.

Ante el ceño fruncido de Lia salió de la habitación, intentando inútilmente dejar de reír ante los obvios celos de su mejor amiga.

[....]

(22:00 pm)

— Nunca pensé que llegaría tan atractivo al dos mil dieciocho.

Roger miraba sonriendo su reflejo en el espejo, se había prometido a sí mismo buscar el lado positivo de todo la situación que estaba viviendo y empezaba por admirar su buen estado físico.

— ¿Por qué estás de tan buen humor?

— No hay nada malo en apreciar la belleza de uno mismo — arregló la americana que el más alto le había prestado sin dejar de sonreír.

— Lo que digas y date prisa, Lia me arrancará la cabeza si no estamos listos cuando lleguen.

Una ola de nervios recorrieron la espalda de Roger, no había visto a la castaña desde que se marchó, no había contestado a su mensaje y la idea de que no quisiera verle rondaba constantemente por su cabeza. Se sentía un idiota por haberle compuesto una canción y su temor es que Elizabeth también lo pensara.

ᴛɪᴍᴇʟᴇꜱꜱ °ʀᴏɢᴇʀ ᴛᴀʏʟᴏʀ°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora