XII

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El olor a alcohol inundaba sus fosas nasales, sentía el amargo sabor de los diez chupitos de tequila aún bajando por su garganta, definitivamente había sido su peor borrachera.

— ¡Buenos días! Es hora de levantarse.

La voz se Elizabeth retumbó en los oídos de la castaña y una arcada se hizo presente.

— Cállate — Lia giró sobre su lado derecho, encontrándose con su mejor amiga parada frente a la cama — aún es de noche.

Elizabeth se dirigió a la ventana de su habitación y subió las persianas dejando que la claridad abarcara todo el lugar. No pudo evitar sonreír con satisfacción cuando en el rostro de Lia se hizo presente una mueca de horror.

— Son las dos de la tarde y la comida está lista, levántate.

La mayor arrebató la gran manta de la cama, dejando a la vista el cuerpo encogido de Lia la cual se estiró al momento mientras soltaba pequeños quejidos.

— Tendrías que haberte quedado con Roger, así yo tendría paz — Elizabeth golpeó a su amiga, suspirando — bruta.

— Si no te veo abajo en cinco minutos te arrastraré de los pelos.

Salió de la habitación dando un pequeño portazo.

No quería oír hablar de Roger, no se sentía preparada después de lo que había pasado entre ellos. Tras el primer beso vinieron dos más y después de eso no volvieron a verse en toda la noche, la mayor había decidido evitarle, sus nervios la habían traicionado.

¿Como habían sido tan idiotas como para involucrarse de esa manera? Elizabeth se sentía idiota por haberle besado, por haber estado pensando en el todo el día, por echarle de menos.

— Mamá llamó, también estará esta noche en el hospital.

— ¿Que esperabas de una enfermera?

Miró a su hermano mientras sacaba un cigarrillo de su bolso, cuando su madre no andaba cerca se podía dar el lujo de fumar fuera de su habitación. Buscó su mechero entre sus cosas, no teniendo éxito en su búsqueda.

— Eres la reina en perder mecheros — James río, sacando un mechero de su bolsillo para entregárselo.

— No lo perdí, Roger me lo robó — encendió el cigarrillo, mirando a su hermano molesta y cuando se disponía a regañarle su teléfono sonó — Ya hablaré contigo, pero eres muy joven para fumar.

Respondió la llamada y mientras salía al jardín suspiró.

— ¿Tiene mucha resaca?

— Parece un fantasma, da hasta miedo, aunque para tí seguro que estaría preciosa.

— Idiota — Aiden calló y de fondo Elizabeth podía escuchar quejas por parte del rubio — ¿Estás lista para nuestra tradición de año nuevo?

— Mi madre tiene turno de noche y no creo que dejar a James con Lia sea una buena idea.

— Lia se pasará durmiendo todo el día y tu hermano estará pegado a la consola, no creo que haya ningún problema.

Soltó el humo por su nariz y suspiró, no quería dejar al alocado de su hermano con la irascible de su mejor amiga pero necesitaba despejarse y sacar a Roger de su cabeza durante unas horas.

— Por unas horas no pasará nada supongo.

— En una hora estoy allí, ten todo preparado.

[....]

— Evitarle no es la respuesta.

— No le estoy evitando — se terminó de quitar los pantalones, dejándolos junto a sus cosas — simplemente no sé qué hacer.

ᴛɪᴍᴇʟᴇꜱꜱ °ʀᴏɢᴇʀ ᴛᴀʏʟᴏʀ°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora