IX

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Londres, 23 de diciembre de 2017

Se despertó sobresaltado, sudor frío cayendo por su frente hasta mojar sus mejillas, su corazón latía rápida y erráticamente; había sido otra noche más en la que soñaba que se quedaba atrapado en ese extraño mundo.

Pasó ambas manos por su rostro limpiando así su sudor y se levantó de la cama, encontrándose con el castaño entrando por la puerta.

— ¿En serio te acabas de levantar? — Aiden dejó su mochila sobre la pequeña mesita del salón — Necesito que órdenes un poco tus cosas, mi padre vendrá mañana a cenar.

— ¿No pasas las navidades en tu casa?

— Nunca lo hago desde que me mudé a Londres — sacó su portátil de su estuche y miró a Roger, cruzando sus brazos molesto — Ya te dije que si ibas a usar mi guitarra, la dejaras en mi habitación cuando terminaras.

Roger rodó los ojos, tomando la vieja guitarra del chico y llevándola hasta la habitación. Se había pasado un par de noches componiendo, siempre encerrado en el baño para no despertar a su irascible compañero.

— ¿Como te fue el exámen? — volvió al salón con Aiden, mirando el reloj de pared que marcaba las seis y veinte — ¡¿Ya es tan tarde?!

— Si no te pasaras las noches componiendo... — Aiden observó al chico correr por todo el salón, quitándose la camiseta que llevaba para cambiarla por una limpia — y el exámen ha ido bien, ahora por fin tendré unos días para descansar.

Roger, el cuál estaba ignorando al chico se limitó a asentir mientras se ponía los zapatos. Tenía planeado visitar a Elizabeth, sabía que esta se iría mañana a pasar las navidades con sus abuelos y quería despedirse. Se dirigió de nuevo a la habitación de Aiden y tomó la guitarra.

— En un ratito vuelvo.

Sin escuchar las quejas que salían de la boca del muchacho por estar secuestrando su guitarra se marchó. De camino a la casa de Elizabeth se empezó a sentir nervioso, la chica llevaba días acostándose a altas horas de la madrugada, estudiando para sus exámenes y ahora que por fin los había terminado, Roger se tenía que estuviera durmiendo o peor aún, estuviera de mal humor y no quisiera verle.

— ¡Taylor! — siguió caminando concentrado, con sus manos resguardadas en los bolsillos de la chaqueta hasta que un tirón en su brazo derecho le hizo detenerse — Llevo gritando tu nombre desde hace tres calles ¿Estás sordo o que?

Elizabeth le miraba, con la respiración acelerada por haber estado corriendo tras el, planteándose firmemente en ese momento si debía dejar de fumar.

— Iba a buscarte — soltó el brazo de Roger y sonrió levemente ante la cara de sorpresa del rubio — quería despedirme y darte mi regalo de navidad.

Roger la miró aún más sorprendido, un par de días antes los había escuchado hablar sobre los regalos de navidad que se harían, pero no esperaba que le incluyeran a él en sus planes.

— ¿Vas a regalarme algo?

— Ya eres uno más ¿No? — Elizabeth miró la guitarra de su amigo colgar del hombro del chico, sabía a la perfección que Aiden detestaba que usaran su guitarra — ¿Sabe que la tienes? Porque puede matarte si se entera.

Roger salió de su embobamiento y fijó su vista en la guitarra, sintiéndose tonto por un momento.

— Si lo sabe, yo...— suspiró algo nervioso, estaba empezando a odiar a la navidad y a sus nervios — iba de camino a tu casa, quería despedirme y también darte un regalo.

ᴛɪᴍᴇʟᴇꜱꜱ °ʀᴏɢᴇʀ ᴛᴀʏʟᴏʀ°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora