𝘾𝙃𝘼𝙋𝙏𝙀𝙍 • 𝙎𝙀𝙑𝙀𝙉

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Era doloroso todo eso.

La piel de Jimin estaba más pálida, sus mejillas gorditas apenas estaban rojizas y esos rechonchos y bellos labios estaban agrietados y sin vida.

Minhyuk se preguntó si hacía lo correcto, no inculpar a esos dos por su bienestar ¿debería hacerlo? ellos no ganaban nada en realidad, al contrario, por culpa del tonto de YoonGi su mejor amigo estaba inconsciente en el hospital, sin mostrar su bella sonrisa.

-Ve a casa, Hyungwon se quedará cuidando de él- dijo Hoseok mientras ponía su mano en el hombro del chico, pero este no se movió un solo milímetro. No quería abandonar a Jimin, no otra vez.

-¿Puedo quedarme yo?

-Minhyuk..

-Por favor, no quiero separarme de Jiminnie, es mi culpa que esté aquí... no lo cuidé como debía.

El de piel pálida se lo pensó un momento, ese pequeño rubio a veces era un tonto, pero siempre había sido fiel en sus amistades. Parecía inocente e inmaduro, pero sabía que en su interior ese delgado muchachito era capaz de cualquier cosa, a veces Hyungwon le decía que minhyuk daba miedo cuando se ponía serio, y ciertamente, a veces llegaba a aterrarte cuando su mirada intensa se fijaba en ti.

-Hablaré con Hyungwon, pero dudo que quiera, ni siquiera has comido- minhyuk lo miró. Hoseok supo que aunque lo intentarán echar, él no se movería de ahí- está bien, pero prométeme que comerás lo que te traiga.

-Te lo prometo.

El mayor le dio un beso en su mejilla y salió de la habitación para ir a buscar algo en la cafetería del hospital. Minhyuk se quedó ahí parado mientras miraba al pobre de Jimin dormir, su culpa no lo dejaría en paz hasta no hablar con jooheon y YoonGi.

-Espero que no te haya hecho nada malo- murmuró mientras acariciaba la mano del contrario y se obligaba a no derramar una lagrima- sino, yo mismo voy a meterlo a la cárcel por esto que te hizo.

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Taeyong sonrió satisfecho al ver los videos subirse a la plataforma. Jooheon y YoonGi estaban al otro extremo del salón y miraban desinteresados como esa chica jugueteaba con el cabello del muchacho quien mantenía su mirada fija en esa laptop.

-Buen trabajo- fue lo primero que dijo Taeyong y los miró con una sonrisa de pura satisfacción y maldad, si bien YoonGi era su mejor ayudante, tenerlo a él y a jooheon era mucho más beneficiario para él y su página- ¿efectivo o depósito?

-Lo de siempre- dijo YoonGi sin rechistar. El más alto sonrió y asintió rascando su nariz y luego le dio una mirada a jooheon esperando su respuesta.

-Igual- respondió notando la mirada imponente del chico.

-Cinco treinta de la tarde en el bar de siempre- le dio una rápida mirada al pálido- sabes donde queda.

Ambos asintieron y Min fue el primero en salir del salón, el castaño hizo lo mismo y salió a paso apresurado detrás de este.

No intercambiaron palabra alguna, una especie de aura incomoda estaba sobre ambos y eso lo notaban. Niguno de los chicos -aquel rubio y su pequeño rojizo amigo- habían ido a clase y ambos agradecían eso, pero no quitaba el hecho de que sus demás molestos amigos estaban rondando por ahí. Se les veía molestos y un tanto decaídos, ambos lo habían notado, pero decidieron ignorarlo. De todas formas, solo hacían su trabajo.

𝙀𝙇 𝘾𝙃𝙄𝘾𝙊 𝘿𝙀 𝘾𝘼𝘽𝙀𝙇𝙇𝙊 𝘿𝙊𝙍𝘼𝘿𝙊 ─  jooнyυĸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora