Cap XIX. Aspirantes a Suicida

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Yo, Cristopher White, estaba siendo atacado mentalmente por mí amigo mientras caminabamos a Santo Domingo. Es sorprendente el odio que tienen las personas sin pareja contra las personas que tienen varias a elegir. Y solo ahora me doy cuenta de ello, en especial cuando se la pasan medio camino diciendo "¡Los Riajuu deberian moriiiiiiiír!"...Es bastante revelador cuando te pasa a tí....

[Muere muere muere muere muere muere muere muere muere muere muere muere muere mue-]

"¡TE PUEDES CALLAR POR FAVOR!" Exclamé en mis pensamientos mientras caminabamos en silencio

[¡Nuncaaaa! ¡Hasta que explotes! ¡Hare tu cabeza volar con mi mente!]

"¡Eso ní se puede!"

[¿¡Quien sabe!? ¡Ya no soy un humano! ¡Muy capaz sí lo intento mucho pasa!]

"¿Por qué no puedes simplemente aceptar que soy.....muy solicitado?

En eso Alex empezo a mirar fijamente mi cabeza.

"¡Te dije que no funciona así!"

[Exploootaaa....¡Explooootaaaaa!]

Y seguiamos en esa conversación sin sentido cuando llegamos a la entrada de Santo Domingo, haciendo que suspire. Entre junto a mis dos amigos a la academia y los acompañé hasta el ascensor. Y justo antes de que la puerta de metal se cerrara, le dí una pequeña amenaza a Alex

"Si llegas a decirle algo a Nina..."

Por un corto segundo, mis iris pasaron a ser de reptil, y de color rojo sangre, y una presion fuerte hizo que el castaño temblara

"...Te despides de la mitad de tu cuerpo"

Tan rapido como vino, la presion se esfumo, mis iris volvieron a su celeste normal

-¡Nos vemos Nina, no causes lios!

-¡Nos vemos Chris!

Y, mientras me alejaba, pude escuchar a la albina preguntar a mi amigo porque temblaba, impidiendome aguantar una carcajada.

(☆★♡♥)

La clase había terminado, y era el mediodía cuando una voz me llamó desde atrás. Una dulce, y suave voz

-¡Chris!

Volteé a ver a Nina corriendo hacía mi mientras agitaba su mano. Su cabello blanco estaba raramente recogido en una cola de caballo, dejando a la vista su cuello y, en el, el lunar en forma de luna creciente distintivo de su raza

-¿Nina? ¿También terminaste tus clases?-Le pregunté con una sonrisa

-¡Si! Todo es más fácil de lo que creí-Contestó mientras empezabamos a caminar a la cafetería del núcleo para encontrarnos con Alex, que debería estar allí en cinco minutos

-Me alegro de que no hayas vuelto a cometer ninguna locura como la del primer dia. ¿Si sabes que casí me dio un infarto verdad?

La albina desvío la mirada, así que lo dejé estar. Se que se avergüenza de su comportamiento ese dia, y ya se a disculpado varias veces con sus compañeros, y por ende, con su forma de ser y la aguda visión de los beastkin para juzgar gente, no me preocupa que las amistades que hizo sea gente mala.

E.P.O.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora