IDIOTA (III Temporada) 9

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IDIOTA (III Temporada)
CAPÍTULO 9

Anthony rió plácidamente cuando Steve salió del armario.

El capitán no se veía nada mal con ese traje gris cubriendo sus grandes brazos y esa ancha espalda.

—Te queda muy bien —Steve sonrió dulce y asintió, parecía algo avergonzado. Tal actitud le sacó un maldito jadeo al millonario.

—Eso creo —levantó la oscura corbata entre sus dedos y suspiró con alivio.

Usar alguna vestimenta que no fuera una ropa casual de fines de semana no sonaba a una buena idea antes.

—Cualquiera podría confundirte con un apuesto fiscal en las calles.

El castaño se acercó lentamente, observando la sonrisa divertida en su pareja y atrayendo, poco después, ese pálido rostro hacia al suyo.

—Un fiscal muy afortunado —murmuró justo antes de besar esos labios.

El más alto rodeó su cintura automáticamente.

El cuerpo de Tony se sentía tan perfecto a su lado que, recordar el haber perdido tiempo sin esa hermosa sensación, le hizo sentir como un idiota.

—Uno muy afortunado —afirmó en un susurro, observando a Tony de cerca y soltando una pequeña risa al notar esos oscuros lentes empañados por el contacto —Quisiera pedir, a cambio de usar el costoso traje, que dejes los lentes de marca cuando estés conmigo —el filántropo levantó las cejas incrédulo y negó subiendo sus manos por ese conocido pecho —me gusta ver tus ojos, Tony, ellos son lo más hermoso que nunca tendré ante mí y taparlos, con una capa de vidrio negra, es hacerme enloquecer por tenerlos nuevamente mirándome.

Tenía un nudo en sí garganta.

—Joder —el castaño había quedado congelado, con un sonrojo casi imperceptible y unos ojos cerrados por el halago escuchado.

Las palabras del rubio habían sido tan malditamente hermosas y poéticas que, darle un llanto en respuesta, sería una grandiosa metida de pata y una gran vergüenza para su dignidad.

—¿Alguien te ha dicho que tu romanticismo es asqueroso? —Steve sonrió, apartando sus manos del lugar en el que reposaban y llevándolas a esas gafas imprudentes.

—Nadie me lo ha dicho aún —las levantó con delicadeza, revelando unos ojos brillosos observándolo y apartando la mirada cuando la sensibilidad se hizo evidente. —Pero estoy casi seguro de que nadie piensa eso.

Tony rodó los ojos por esa frase nada altanera.

—Presumido.

Steve puso el objeto al borde del catre a su derecha y próximamente tocó ese suave rostro mientras miraba, más que embelesado, a esos marrones ojos que tanto le gustaba.

—Te amo —Anthony evitó el jadear al oírlo.

La conexión de miradas era tan íntima y cálida como le gustaba.
Sabía muy bien que al fin se encontraba en el lugar correcto.

—Yo te amo más, Steve —esos azules iris brillaron con fuerza —No sabes cuánto.

Finalmente ambos se sentían en paz.

Juntos se sentían en paz, como debieron estar desde antes.

Y quizás ambos hombres no eran los únicos que estaban experimentando tales sentimientos.

Porque, un recién despierto, Wade Wilson no paraba de contemplar al adolescente desnudo recostado a su lado.

Esas largas pestañas hacían un grandioso contraste con las rojizas mejillas de Peter, casi acariciándolas cada que un suspiro salía de esos hinchados y rosados labios.

El mercenario sonrió cuando los brazos de Peter lo envolvieron por milésima vez y esa delgada pierna lo rodeó sin espera.

Él estaba seguro de algo.

Wade estaba seguro de sentir al amor irrumpiendo en todo su cuerpo cada que el castaño estaba junto a él.

El pensamiento le hizo sentirse agobiado, después de lo que le hizo al menor era muy probable que este no esté tan dispuesto a corresponder a sus sentimientos solo por una simple noche de reconciliación sexual, muy apesar de que está había sido espectacular.

Un adormilado Peter gimió por lo bajo y pronto unos brillantes ojos marrones lo miraban y una sonrisa se iluminó con dulzura.

Wade había olvidado que era de Peter, el ser humano más hermoso del mundo, de quién estaba hablando. El niño no tendría rencor por lo sucedido, pero eso no significaba que estaba bien lo que había hecho.

—Buen día.

—Buen día, bebé —el mercenario no tardó mucho en posar su rostro en el cuello del contrario y respirar su aroma complacido —Espero que Stark no entré repentinamente como en una novela.

Peter rió, acariciando suavemente la cicatrizada piel en la espalda del mercedario.

—Espero no haya oído nada —su voz sonaba algo avergonzada y Wade tenía una sonrisa maliciosa antes de levantar su rostro y mirarlo fijamente.

—Creo que eso sería imposible, belleza —besó sus labios rápidamente —tus gritos probablemente se oyeron hasta Canadá, y por ahí me conocen muy bien, deben estar orgullosos o quizás denunciándome por pedofilia...

Peter empujó el rostro del mayor muy lejos. Estaba sonrojado por completo.

¿Acaso había sido tan bullicioso? No creía que tal hecho podría ser evitado, estaba excitado y ni siquiera tenía un pie en la tierra cuando Wade lo tocó.

El menor observó con los ojos bien abiertos al mercenario sonriente.

¿A él le gustaría aquello? o ¿Lo detestaba?
Su mente se puso justo al lado de la paranoia y no evitó el suspirar por las inseguridades.

Wade borró automáticamente su sonrisa cuando Peter no habló.
Esos ojos habían caído en un instante y sus manos estaban jugando con la rojiza colcha.

—Petey, no hiciste nada malo —dijo casi desesperado, no quería arruinar las cosas por otra estupidez —Soy un idiota cuando hablo, no puedo pararlo, fue una broma. Belleza, fuiste realmente perfecto —las últimas palabras salieron tan suaves, que el castaño sintió una enorme calidez en su pecho al escucharlas —Es en serio —afirmó cuando esos ojos lo miraron inquisitivos —Pero lo importante no soy yo, eres tú, fue tu primera vez... —la distancia volvió a acortarse y Wade tenía nuevamente al adolescente envuelto entre sus brazos. Peter sonrió por el gesto y las palabras —¿Te gustó? Aunque no creo que haya duda por todos los gem...

Peter tapó la boca de ese insolente hombre y negó con diversión.

—Claro que me gustó y, n-no por las sensaciones... —sus manos se alejaron del rostro del mercenario y su sonrojo volvió —sino porque... p-porque fuiste tú.

—Carajo.

Peter se sorprendió por aquel insulto y no pudo ni hablar sobre ello, pues Wade ya lo tenía atrapado en un fuerte y profundo abrazo.

—Te amo, bebé —susurró justo antes de besar la coronilla de su frente.

—Tambien te amo, Wade.

Sus corazones latieron fuerte, uno contra el otro y ambos no podían imaginarse el estar en otro lugar que no fuera ese.

Pero el romanticismo se fue al agua cuando, una mano indiscreta, bajó por la espalda de Peter y apretó su lindo trasero.

—Pervertido —el menor golpeó ese fuerte pecho y Wade río.

—No es perversión si esto ahora es mío.

Perdón por tardar, linduras, pero probablemente actualizaré esta historia una vez a la semana, mis clases ya empezaron :'c

Gracias por sus votos, los quiero ❤








IDIOTA #3 (Spideypool)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora