Epílogo

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Narra Shadow

Veo fijamente a la eriza rosa que tengo frente a mí. Duerme plácidamente y su respiración es leve y constante. Pienso en cómo llegamos hasta aquí y admito que nunca pensé que estaríamos juntos. Ahora, disfruto verla dormir cada mañana y me siento tranquilo con ella.

Sus ojos tiemblan y veo como los abre lentamente. Parpadea un par de veces terminando de despertar.

-Buenos días, Rose.- susurro con calma mientras acaricio sus labios con las yemas de mis dedos.

-Buenos días, Shadow. ¿Cuánto tiempo llevas mirándome? - Dice sonrojada y cubriendo su cara con las sábanas.

-¿Te da pena? Pero si verte dormir no es nada comparando con lo que ví anoche.- Ella se sonroja aún más y cubre su cara completamente.

-Erizo estúpido.- Musita debajo de las sábanas.

-¿Y ahora qué te hice? - inquiero con curiosidad.

-Me engañaste.- Dice destapándose la cara con mirada seria. Se abalanza sobre mí antes de responderle; siento su cuerpo desnudo sobre el mío. -Ayer dijiste que iríamos por un helado.- dice frunciendo el ceño.

-No es mi culpa que no entiendas indirectas, Rose.* - Digo burlonamente.

Frunce el ceño y deja caer su cara en mi pecho, está molesta. No puedo evitar acariciar su espalda bajando lentamente mi mano. Levanta la cara bruscamente.

-Entonces hoy iremos a nuestra cita ¿entendido? - dice autoritaria. -Y también me debes un helado.

-O podemos quedarnos aquí a...

-No.- Me interrumpe tumbándose a un costado y sentándose en la cama. -Quiero que vayamos de picnic.- Dice con una sonrisa.

-De acuerdo, Rose.- Digo dándome por vencido.

Rose me da un beso rápido y se levanta con cuidado de la cama para buscar su ropa en la habitación. Observo detenidamente cada movimiento y me deleito con la vista.

-Ya deja de verme, erizo pervertido. - Dice poniéndose su vestido que estaba en el suelo. -Necesitamos ir a mi casa para cambiarme o alguien puede notar que traigo la misma ropa. -Dice la eriza con tono serio.

-Que fastidio. Deberías traer tus cosas aquí entonces. -Respondo con molestia. Ella gira a verme y veo sus ojos jade brillar; se lanza sobre mí otra vez con mucha energía.

-¿En serio? ¿Todo? - dice mirándome desde arriba con sus ojos muy abiertos.

-Si ¿por qué no?- respondo sin emoción.

Sonríe de oreja a oreja y se inclina para besarme intensamente. Le correspondo con más fuerza y termino quitándole el vestido de nuevo.

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Después de una larga ducha e ir por su cambio de ropa, salimos de la casa.

-¿Sabes a dónde vamos? -Digo sin emoción tomando la cesta que Rose lleva en sus manos.

-Si, tengo el lugar perfecto. -Dice jalándome emocionada.

Cruzamos el pueblo y se detiene para comprar algunas cosas más. La espero afuera y veo correr al fastidioso erizo, que lamentablemente me ve a lo lejos y se acerca.

-Hey, Shads. Hace tiempo que no te veo. -Dice sonriendo. Parece que sus púas han crecido aunque aún tiene marcas y cicatrices en todo el cuerpo. Ni eso le ha bajado el ego.

-Estaba ocupado.- Digo con fastidio.

-¿Y esa cesta? - inquiere agachándose hasta ella.

-Ya no molestes.- Espeto con enfado alejando su rostro con mi mano.

Learn to love again - A Shadamy StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora