22. Solaris

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Narra Shadow

-¡¡Erizo estúpido!!- escucho su voz a mi espalda y me giro para encontrarme a la murciélago alzando su puño hacia mí. En un movimiento rápido voy detrás de ella y golpeo sus rodillas por detrás para tirarla.  Impacta contra el suelo y mi mira con enfado.

-Ya te lo había advertido Rouge. No me fastidies ahora - digo retomando mi camino disponiéndome a abrir la puerta.

-¡Demonios Shadow! ¡Te he llamado por dos malditos días sin respuesta y he tenido que custodiar tu casa para encontrarte! - grita con furia la albina al ponerse de pie.

-Lo que hagas con tu tiempo no me importa.- musito al entrar a la casa. La albina me sigue. -¿Qué es lo que quieres Rouge?

-¡Quiero saber qué pasó entre tú y Amy, idiota! ¡¿Qué le hiciste?!

-Hmph te lo dijo.- musito con molestia mientras camino en dirección al garaje con la albina siguiéndome.

-¡Claro que lo hizo! La pobre llegó desesperada tratando de encontrarte imbécil.

-Ese no es tu problema Rouge.- Gruño con enojo. ¿Quién se cree para meterse en mis asuntos?

-¡Le estoy mintiendo a ella por ti! - dice enojada y señalándome con furia. - Aunque sea explícame que sucedió o no dudaré en darle tu dirección a esa niña.

Lo medito un instante mientras recojo las armas de los estantes.- No te preocupes por eso, porque me iré.- Digo subiéndome a la moto. -Tengo cosas más importantes que hacer.

-¿A dónde irás?- dice extrañada.

-Ya tengo lo que necesitaba. Mientras ese zorro no logre sobrepasar las defensas de Eggman tendré que recorrer ambos mundos buscando su frecuencia.- La veo todavía de pie frente a mí, enciendo la motocicleta y abro el portón con el control. -Si no te quitas ya sabes lo que pasará. -La amenazo.

Gruñe con enojo y se dirige hacia afuera. -No te puedes escapar tan fácil de algo así erizo.- musita antes de salir volando por el cielo.

No tengo tiempo para estas estupideces, lo que haya pasado no significó nada, así tenga que bloquear de mi mente cualquier otro pensamiento que indique lo contrario.

No fue nada.

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-Hoy no estoy de humor, imbécil. Déjate de rodeos y dime lo que sabes.- Exijo molesto al halcón verde que tengo frente a mí.

-Vaya, lo dices como si estuvieras de humor alguna vez.- musita con sarcasmo. Gruño con enfado. Este mi mira con temor.- ¡Storm! - llama al albatros gris que entra trayendo consigo a una zorra roja visiblemente maltratada. -Dile lo que nos dijiste ¿quieres?

La zorra lo mira atemorizada, voltea a verme y habla con una voz débil y llorona.

-No se dónde está Scourge, lo juro; pero antes de desaparecer me había dicho que el plan de Eggman era muy grande, algo que podía cambiarlo todo y les daría el control total. No recuerdo bien pero dijo algo sobre unos experimentos y unas llamas del desastre o de la desgracia, algo así. No se más sobre ello, pero Scourge... - dijo su nombre con voz ahogada - él tuvo que ir varias a veces a Soleanna.- No dice nada más. Veo al pajarraco interrogándolo con la mirada.

-Es todo lo que nos ha dicho. No creo que esconda algo más después de lo que le hicimos -escucho un quejido de la zorra.

-De acuerdo.- Musito con calma. Me ha dado más información de la que creía. -Por ahora, sigue buscándolo. La otra parte cuándo lo encuentres - digo tirándole el sobre con dinero, que sostiene hábilmente.

-Por supuesto que lo haremos Shadow.- dice con una horrible sonrisa.

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Mi próximo destino es Soleanna. Ya había ido allí en otras ocasiones en busca de rastros del doctor; es un lugar habitado por humanos y dirigido por una princesa insípida.

¿Llamas del desastre? ¿Experimentos? Lo que sea que encuentre seguro se relaciona con Mephiles.

Detengo mi motocicleta frente a la entrada del castillo de Soleanna; Secretos del Reino deben estar en la biblioteca del castillo real. Quiero evitar a los humanos lo más que pueda por lo que entro velozmente por una puerta de servicio y recorro los pasillos con cuidado hasta encontrar lo que parece la biblioteca real.

Al entrar veo a un hombre escuálido leyendo en una mesa en el centro del lugar; me mira sorprendido y veo su boca dispuesto a gritar por ayuda. Corro hacia él y lanzo con fuerza su rostro contra la mesa.

-Cierra la boca o será lo último que hagas.- Siseo amenazadoramente mientras le apunto con mi arma con la otra mano. El hombre asiente como puede con temor.- Dime todo lo que sepas sobre las Llamas del desastre.- El hombre abre los ojos con sorpresa.

-¿E-el proyecto Solaris?... l-los documentos que hablaban sobre e-ellas fueron robados hace años. S-sólo quedaron algunos registros. Te lo juro. - Dice lo último suplicando.

-Dame esos registros.- Exijo soltando su cara.- Y no se te ocurra hacer algo estúpido.

El hombre se levanta lentamente y asiente. Trota con miedo hasta unos archiveros que se encuentran bajo la escalera del lugar. Busca entre ellos mientras tiembla y regresa hacía mí sosteniendo un puñado de hojas. Lo miró amenazadoramente.

-Espero que no me estes escondiendo algo.

-N-no señor ¡lo juro! - dice cayendo al suelo de rodillas suplicando. Qué patético. Pero no creo que mienta.

Antes de irme me dirijo una vez más hacia el poniéndole la pistola en la cabeza. -Ni se te ocurra mencionar que estuve aquí. Porque lo sabré.- lo amenazo. Negó con la cabeza con todas sus fuerzas.

Me marcho de allí con sigilo, satisfecho por la información obtenida.

Los encontraré.

Learn to love again - A Shadamy StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora