Learn to love again - A Shadamy Story

12. Acuerdo

Narra Shadow

-Dígame su reporte agente Shadow.- ordena el comandante Abraham frente a mí. Acabo de regresar de la expedición a profundidad de la mina con un par de soldados de la agencia. Resultaron ser unos estorbos inútiles.

-La mina se encontraba vacía comandante, no se encontró rastro del Dr. Eggman más que de las criaturas que allí habitaban.

-Las criaturas de lava que dijiste antes de irte ¿no?- inquiere el comandante con interés.

-Así es, eran las causantes del
miasma que rodeaba la zona, una reacción del mineral que impregnaba la zona con la composición química de las criaturas. Sin embargo, la ausencia del mineral Tritranium en la mina era reciente, así como las marcas en la zona.- el comandante me mira con seriedad y el silencio se prolonga mientras piensa al respecto. No menciono el espécimen que encontré por mi cuenta; nuevamente confirmando mis sospechas.

-¿Y la energía caos que me mencionaste?

-Desapareció la señal al encontrar la esmeralda.- musito sin darle importancia.

-¿Y ésta dónde se encuentra agente?-

-Es necesaria para mejorar el dispositivo de localización. Yo seguiré por mi cuenta con la búsqueda comandante.- alza una ceja de incredulidad ante mi comentario. Lo último que necesito son un grupo de soldados inútiles que me sigan a todos lados como en la expedición.

-Si te crees capaz de resolverlo sólo, adelante, si requieres apoyo se te brindará.- Hace una pausa y continua.- Pero tráeme el dispositivo de rastreo, con ayuda de nuestras ingenieros podremos hacer uso de él. - Asiento con molestia.

Malditos humanos, siempre quieren tener poder y el control sobre los demás; sobre estiman sus habilidades, incapaces de reconocer que alguien es mejor que ellos. Tendré que arreglarlo con ese zorro. Que molestia.

-¿Algo más comandante?.- inquiero sin emoción.

-Ya puede marcharse agente.- musita viéndome fijamente.

Me dirijo a la puerta y me marcho de allí en dirección nuevamente a Mobius, tendré que darle otra visita al zorro.

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No me molesto en tocar al llegar al taller, entro por la puerta y busco a mi alrededor buscando dónde se encuentra el chico amarillo.

Distingo en el sillón junto a la ventana a la eriza rosa con un libro en las manos frente a ella pero sentada en una posición extraña; sus piernas sobre el respaldo dejando caer su cuerpo en el asiento y su cabeza colgando. No parece buena idea llevando esa falda; deja ver sus piernas hasta los muslos y sus pechos se recargan peligrosamente en el borde de su escote. Enarco una ceja y cierro los ojos con desaprobación hacia mis propios pensamientos.

Me acerco a ella. -¿Cómoda Rose?.- se sobresalta y aparta el libro de su vista para mirarme con sorpresa. Luego gira sus piernas y su cuerpo a un costado mientras sostiene su falda para sentarse adecuadamente.

-¡Qué susto!- me mira con enojo, sus mejillas están rojas. -¡Avisa antes de entrar como las personas normales a la próxima!

-Tu siéntate como las personas normales, Rose. ¿Siquiera puedes leer así?.- No espero su respuesta. -¿Dónde está el zorro?

-¿Tails? Salió por unas piezas que necesitaba, ya no debe tardar por si quieres esperarlo. - Dice Rose levantando su mirada.

-¿No ha terminado el rastreador? - inquiero sentándome en el sillón más próximo. Tendré que esperarlo.

-Todavía no, ya pudo transferir los datos y el software al computador pero aún no logra mejorarlo para tener un mayor alcance. También faltan las mejoras al sistema inalámbrico, trata de emular la energía de la esmeralda para tener comunicación a distancia. - Menciona. La miro extrañado por la exactitud que me dio en su respuesta. - ¿Por qué me ves así? No soy una niña tonta - dice cruzando los brazos e inflando sus cachetes como una niña. Irónico.

-Me doy cuenta.- digo enarcando una ceja. Logro captar pasos en la entrada.

-¡Ya llegué Amy! Dime que por fin ha terminado de procesar el... -se detiene al percatarse de mi presencia.- ¿Shadow? ¿Qué haces aquí? Han pasado un par de días sin verte.

-Eso es obvio. Vengo por el rastreador.- Me levanto y me dirijo hacia el con autoridad. -Lo necesito para buscar las esmeraldas.- me detengo frente a él cruzando los brazos y con una mirada intimidante. El zorro me mira algo atemorizado.

-L-lo entiendo, pero no ha habido más señal de la energía caos y aún no termino de hacer la mejora en el comando central. Necesito algo de tiempo.- Baja la mirada pero la levanta como si hubiera recordado algo.- P-pero Shadow, tu no puedes descifrar las lecturas del rastreador.

Gruño con resignación. Tiene razón.

-Yo te ayudaré. Puedo enseñarte si quieres. -Volteo a ver a la rosada al escuchar sus palabras, me sonríe asomando la cabeza a mi costado. -Sólo promete no traicionarnos ¿si?

Gruño por lo bajo. -Sólo soy leal a mi mismo, Rose.- se queda pensativa ante mis palabras.

-Mmm bien, entonces... ¿qué tal una respuesta?

-¿A qué?.- pregunto con fastidio.

-A una pregunta.

-Pareces estúpida Rose. Dime la pregunta.

-Bueno es que aún no la sé, va a quedar pendiente ¿si?- ríe ante su respuesta. -Confiaré en que cumplas tu palabra.

-Hmph... -Que petición tan estúpida, podría mentirle si quisiera y lo sabe ¿qué es lo que trama?.- De acuerdo, lo haré.

Exclama un grito de emoción y me toma del brazo para llevarme al sillón, no se por qué se lo permito. -¡Genial! ¡Empecemos! - acerca una libreta y una pluma, luego regresa a la mesa por el rastreador. -Te lo quito un momento Tails.

-Si, claro.- musita antes de darse la vuelta para continuar trabajando con el teclado de su computador. Ella lo toma con efusividad y vuelve para sentarse a mi lado.

-Mira.- dice señalando unos signos y empezando a escribir en la libreta.- Estos códigos tienen un cifrado simple, la cantidad de puntos que están torno a este signo indican la equivalencia a nuestros números comunes y los que tienen esta línea equivalen a una decena cada una; aquí sería 35. Ahora, estos trazos se refieren a los puntos cardinales... - Rose comienza a explicar con detalles dándome miradas constantemente para cerciorarse que logro entenderlo. Esos bellos ojos jade brillan con la emoción con la que me explica los códigos que ella y sus amigos utilizan. ¿Por qué confía tanto en mí? Sigo con atención todas y cada una de las líneas que pronuncia y comienzo a perderme en esa boca que se mueve sin parar. ¿Por qué? No lo sé.