ARIS
La laguna del color de mis cabellos me tenía embelesada, pensativa, pasiva, nerviosa y su remanso parecía vaticinar la tormenta del día de mañana. Resoplé y me tiré sobre el prado mirando la hojarasca de las copas de los árboles altos, frondosos, hermosos, me traían demasiados recuerdos y añoraba poder escucharlos. Ciertamente ese día podía haberme quedado en la mansión, pero la tierra hervía en mí, era de donde había nacido y con poder o sin él, el exterior era más llamativo ante el prospecto de volver a estar debajo de la tierra, en la obscuridad asfixiante, en mi soledad alrededor de lo que quedaba de mí en este cuerpo a medio desaparecer...el exterior era parte de mí, era naturaleza y tormenta, aire cálido y brillo intenso de las llamas que cubren los cielos, una bestia enjaulada que ahora miraba el exterior que debería hablarle, pero simplemente guardaba silencio.
-Yo podría ayudarte con ese dilema- me dijo con voz emparejada con el sonido de las hojas contra el viento y su rostro apareció en mi campo de visión cuando se inclinó frente a mí que trataba de calmar mis nervios. Vi sus rasgos que tomaban nuevamente una gallardura perfecta, con el sol tocando sus dorados cabellos que me hizo mover mis dedos hacia ellos acariciándolos, pasando cada mechón entre mis dedos, como el sol que en sueños me había hecho compañía. ¿Cómo alguien tan perfecto, orgulloso, fuerte de carácter, noble y leal había podido sucumbir a la desesperación, la amargura y los demonios que eran su propio temperamento y miedo? ¿Cómo no lo había visto? ¿Cómo pretendió creer que esas ruinas en las que vivía serían su tumba llamando a la muerte como su única amiga? ¿Qué tan bajo tuvo que ser el golpe de la hembra antes que yo, su pareja, para que sintiera que no había más que su propia destrucción? Me latía el corazón como tambores contra la tierra en la que estaba recostada, sutil y pasional con tan solo verlo y saberlo mío...mi sol.
-¿Cómo puede uno convertirse en el sol de alguien?- me preguntó al oír el eco de mis pensamientos -¿Cómo puede ser si es en ambos sentidos? Aris, tú eres mi sol, como el rayo del primer toque del amanecer que marca un nuevo comienzo, nuestro nuevo inicio, como los capullos de las flores y el olor de la fragancia de la naturaleza que disfruto ver emerger ante mi poder, la hermosura de los paisajes y los horizontes que camino, corro, hago florecer tan fácil como el viento que toca tu piel. Eres la naturaleza misma y la vida que veo en mis campos llenos de verdor, vida inquebrantable que no se puede lograr sin los rayos y las vitaminas del sol, y tú, mi amada Aris, eres mi sol. Te amo.
Sus besos sabían a vino y frutas, seguramente la reunión con los altos fae de su corte en reconstrucción había sido intensa, pero él bebió de los míos la necesidad de estar juntos antes de emprender el viaje que marcaría si saldríamos de esos túneles juntos. Y simplemente pensar en ello me hizo separarme con un poco de brusquedad. Él me miró con la dureza de los troncos del bosque que nos rodeaba y se recostó a mi lado, no sin antes que yo viera y percibiera que sus ojos de perla esmeralda se posaban en dirección al lago de plata, recordando, tensando la mandíbula., por un momento más del que creía propio, ¿la seguiría amando, odiando, teniendo algún sentimiento a aquella que con un dejo de pensamiento había destruido su corte y vida, tornando a sus aliados en enemigos, quebrándolo por completo y dejando con ello las cenizas que pudieron tornar la guerra si hubiera actuado de otra manera? Tamlin se recostó a mi lado y rodee en mi estómago para descansar mi barbilla sobre donde su corazón latía con fuerza, con el mismo ritmo de los tambores de la tierra que sentía en mis poros, mi cuerpo, mis yemas, acompañados uno del otro esperando convertirse en uno cuando por fin completásemos el lazo de apareamiento, hundirnos el placer de la pasión carnal que se sentía simplemente de estar cerca el uno del otro, conteniendo nuestros propios impulsos. Movió sus dedos con fineza en el aire haciendo caer sobre de mi una corona de flores diversas, aroma delicioso y del mismo color de mi vestido de blanco y púrpura, con hojas de oro y espigas de plata, acarició mis mejillas como se tocan los pétalos de una rosa, delicado, terso, sus ojos silenciosos, pero brillantes, por fin con un resplandor de alguien que volvía a vivir , comenzaba a sentir, pero no lograba descifrar qué secreto guardaba estando ahí, qué intentaba decir...
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Una Corte de Sombras y Solsticios
FanficCinco años han pasado desde la guerra contra Hybern. Tamlin tiene una corte en ruinas que no piensa recuperar y vive sumido en la culpa y melancolía de sus actos. Solo, desdichado, una bestia enjaulada en sus demonios, espera la muerte, hasta que Ar...