Lloraba por las noches, hundido en sus pensamientos; pidiéndole al universo que lo llevara de vuelta a su mundo ideal.
Así pasaron dos meses, semana tras semana. Tyler aún le costaba encontrar un motivo por el cual seguir mejorando. Simplemente pensaba que no iba a valer nada.
Mientras tanto, sus piernas ya habían recuperado un poco más de fuerza para sostenerse por sí sólo. Pero no era suficiente aún como para que lo dieran de alta.
Además, su doctor quiso mantenerlo otro tiempo más en el hospital temiendo que fuera a cometer otro intento de suicidio.
En sus tiempos de descanso, Tyler leía uno que otro libro que le regalaba su madre para no aburrirse. El de esta semana llevaba como título "Todos eran mis hijos", escrito por Arthur Miller. Iba por la mitad del libro y le había gustado bastante su sinópsis. La Historia se desarrolla un día domingo, en un pueblo de los EE.UU. Los Vecinos están reunidos en el patio de los Keller, conversan acerca de la llegada de Ann después de un largo período de ausencia, debido a que dejara su pueblo luego de la condena de su padre, empleado de Joe Keller, imputado de haber entregado piezas defectuosas a la fuerza aérea, provocando la muerte de 21 pilotos.
A él le había llegado el dilema moral de la obra, donde la vida se trata de tomar diferentes desiciones que te llevan a distintas consecuencias buenas o malas.
¿Si él hubiera tomado otras desiciones antes su vida pudo haber sido diferente? Eso era algo que podía afirmar, pero no existía una máquina del tiempo para revertir su historia.
Había llegado el momento de caminar por los pasillos. Se encontró con su enfermera encargada, Anna, la cual tenía una entusiasmada sonrisa en la cara.
—Tyler, te tengo buenas noticias.
—¿Sí? ¿Qué es?
—El doctor dijo que estás listo para bajar las escaleras e ir a caminar al pasillo de abajo, el 21, así que al menos no te aburrirás de este.
—Oh, bueno ¿El pasillo de abajo tiene una máquina expendedora?
—Sí.
—Entonces me encanta la idea.
Las escaleras costaban un poco más ee trabajo para Tyler, pero eso significaba que su cuerpo estaba mejorando.
Una vez que pisó el final de los escalones, divisó al final del pasillo una máquina expendedora. Y en su cabeza imaginaba que en su inventario habían gomitas, unos de los dulces favoritos de Tyler.
La enfermera le hizo un trato: si lograba darle 6 vueltas al pasillo ella le invitaría las gomitas. A lo cual él aceptó gustoso.
Dio las primeras 5 vueltas con más facilidad, pero cuando iba por la mitad llamaron a Anne. Ella tuvo que irse pero le dejó el dinero para los dulces, sabía que se lo había ganado.
Dio la última vuelta, e iba victorioso caminando hacia el otro extremo de la planta hacia sus deliciosas gomitas. Se paró en frente de la máquina y tecleó el código de éstas. Unos segundos después, obtuvo su premio.
Abrió el empaque y se dio la vuelta para irse a uno de los asientos, pero cuando lo hizo, divisó a alguien familiar a lo lejos del pasillo. Sintió un escalofrío.
Y en el otro extremo del piso, él volteó su mirada hacia la zona de la máquina expendedora.
"Las almas gemelas por más que pasen están destinadas a reencontrarse".
sh00ck

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heavydirtydema // joshler
FanfictionTyler despierta en un auto en movimiento, puede ver a alguien manejando pero no sabe quién es. Mira a su alrededor y no sabe dónde está ni a dónde lo lleva esta persona, pero siente que no va hacia algo bueno. Pero, en medio de la calle, hay un jove...