Capítulo 8. "Escobas y otros artilugios desconocidos para la limpieza"

10.2K 580 239
                                    

Me sentía fatal.

Había visto como ellos eran felices en frente mío.

A ella le gustaba Nico y al parecer él llevaba mucha más ventaja.

Maldije en griego picando con mi tenedor los trozos de tocino azul, llevándolos a mi boca con molestia.

Annabeth llegó a mi mesa y se sentó delante mío.

— ¿Has visto eso?— Preguntó ella emocionada.

Pensé que ella quería ayudarme con todo pero al parece solo venía a restregarme en la cara algo que pude presenciar de antemano.

— Creo que todos lo vimos Annabeth. No me hace falta que me lo recuerdes— Murmuré molesto— Sólo espero que cuando sean novios no anden pasándose saliva frente a todos que solo eso les faltaba—

Ella me pusó una mano en mi hombro, sonriendo de lado.

Recordé el "beso" que nos habíamos dado.

Fue uno de los momentos más incómodos de toda mi vida. Antes había pensado que sentiría miles de cosas al besar a la chica que tenía ahora conmigo pero simplemente no sucedió nada.

Me sentía molesto conmigo mismo.

Sin duda aunque lo quisiera Annabeth no era para mi.

— No fue eso lo que vi— Contestó optimista.

Ya no tenía ánimos de nada.

— Deberías ir conprándote unos buenos lentes Annie porque fue lo único que sucedió— Mi mirada se desvió.

No debía ser rudo con ella. No tenía la culpa de nada. Pero no estaba en esos momentos como para disculparme.

— Hombres. Tan poco observadores— Se quejó en un susurro para ella misma— Acaso no viste su cambio de humor cuándo nos besamos?—

Mis mejillas se tiñeron de rojo al escucharla decir eso.

— No— Me relajé e intenté darle el beneficio de la duda— ¿Qué viste según tú?—

Esperé a que ella ordenara loa datos.

— Se incómodo y parecía un poco triste. Incluso se fue a su mesa a comer sola cuando parece que no lo hace muy a menudo—

Por la sorpresa no pude notar eso. ¿Qué tal si yo...?

— Entonces estas diciendo que se supo celosa?— Cuestioné. Annabeth lo pensó— No lo aseguró pero si vi que se molesto—

Suspiré.

— ¿Crees qué tenga una oportunidad?—

Annabeth me sonrió.

— Creo que tienes más que eso— Me animó— Se creativo sesos de alga. Seguro se te ocurre algo como siempre— Finalizó levantándose para ir a su mesa correspondiente.

Agh. Eso era lo que me molestaba de Annabeth.

Siempre me dejaba algo en que pensar.

Gruñí entre dientes levantándome.

Tenía que calcular mi siguiente jugada y, con algo de suerte Eros o Afrodita estarían de mi lado.

Caminé hasta salir del pabellón.

Si quería pensar con claridad solo había un lugar para hacerlo.

El lago.

_______'s Pov.

Sangre de semidiós. |Percy Jackson y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora