Capítulo 17. "Al inicio de la misión"

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Desperté.

Quizás algunos pensarán que, por el simple hecho de ser semidiós, todas las mañanas me levanto bajo el suave arrullo de un ave fenix. O que a lo mejor me despierto con el delicado y relajante murmullo del canto de Afrodita en mi oido.

Pero no. Lamento destrozar tus ilusiones de manera tan cruel.

Pese a que no me había levantado con ninguna de esas cosas, me encontraba con un humor más alegre del normal, ¿Y cómo no? Toda la noche me la pasé soñando con aquel único momento en el captura la bandera.

Escuchaba un cierto alboroto a fuera de las cabañas y algunos chicos caminando de un lado a otro, pero decidí no tomarle demasiada importancia.

Me bañé y cambié, aún con el mismo ánimo. No me interesaba que fuesen las 6:30 a.m. solo saber que pasaría con ella en una misión conseguía alegrarme un ciento diez porciento, casi me hacía olvidar que el motivo de todo eso era la desaparición de mi padre.

Me sentí un poco mal por estar contento disfrutando mi vida, mientras él se encontraba en algún lado, encerrado y posiblemente sufriendo.

Alejé esos pensamientos de mi mente. Solo conseguirían distraerme más de lo que ya estaba.

Salí de mi cabaña a las 6:53 a.m. con mi mochila azul al hombro hacia la cabina de Zeus, dónde habíamos quedado en reunirnos para ir todos juntos a la colina y viajar hasta la estación de tren. En el camino analizaríamos las cosas y veríamos nuestro punto de partida para comenzar la corrida.

Visualicé la gran e imponente cabaña que estaba cerca de la mía, por lo que no me costó mucho llegar hasta ahí.

En el porche estaban Jason y _______, luciendo extraordinariamente hermosa con su cabello atado en una coleta alta y con algunos mechones que caían libremente a los lados de su cara.

Solo pedía que Afrodita tuviese compasión de mi, ¿Por qué tendría que haber bendecido a la hermana de Jason para que fuese tan jodidamente perfecta?

Incluso ahí, con un clima de 19° y con algo de viento sentía que me faltaba aire en mis pulmones.

- Vamos Jason, tienes que ir con Piper. Me gustaría que fueses con nosotros, pero por ahora debes apoyarla -Objetó ella, colocando una de sus manos en el hombro de Jason.

El soltó un suspiro.

- Es que, sinceramente no sé que hacer. No me gustaría que fueses sola en tu primera corrida... -El hijo de Júpiter pasó una mano por su rubio cabello.

- No iré sola, Jason. Percy y Nico irán conmigo. Ya veré como me las apaño para que todo salga bien para la misión, confía en mi -Habló ella con total seguridad. Podía percibir la convicción en sus ojos por demostrar lo que era capaz.

El hijo de Júpiter rodeó a la chica con ambos brazos, envolviéndola de forma fraternal con un tierno gesto. Luego de eso, ambos notaron mi presencia en el porche. La sonrisa de _______ no tardó en aparecer.

Vaya que yo haría lo que fuese porque ella mantuviese esa sonrisa por siempre. Asesinaría a cualquiera que consiguiera borrarla de su rostro.

Su sonrisa era como una bendición, un regalo de los dioses, una luz en éste estúpido mundo. Y yo quería que esa sonrisa fuese dedicada solo para mi. Su dulce voz me devolvió a la realidad.

- Hola Percy -Saludó, despeinando un poco mi cabello con su mano, pude percibir que estaba incómoda por algo, pero trataba de disimularlo.

- Hola chicos -Respondí en general. Jason movió su cabeza como correspondencia. Al parecer el pasar tiempo con Nico comenzaba a hacerle efecto- ¿Ustedes saben porque hay tanto alboroto ahora? -Pregunté, al recordar el estruendo de varios semidioses hacía un par de horas.

Sangre de semidiós. |Percy Jackson y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora