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Entre el Consuelo y el Suplicio.
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[Ⅷ]

Finales de marzo.:

❝Ojos que no ven, imaginación que tortura.❞


Conforme pasaron los días todo empezaba a desmoronarse, cada uno vivía su vida y tenían planes individuales por delante de los conjuntos, cada uno vivía su vida en completa "libertad". Se alejaban y aun cuando aquello era muy notorio no se dieron la oportunidad de reconectarse, de volverse a enamorar cuando tenían la oportunidad, pensaron que todo era normal, pensaron que aquello era normal; aunque alguien se los hubiese hecho notar seguirían obstinados con que es normal. Sus vidas no giraban en torno a las ajenas ni entorno al de su pareja...tomaban rumbos distintos pero al mismo tiempo se quedaban estancados en un mismo punto porque no eran capaces de soltar la mano que prometieron jamas dejar.

—A donde vas?.—pregunto de la nada el egipcio quien tenia la mirada puesta en su teléfono mientras texteaba con la libia.

—Una reunión de trabajo, llegare tarde, no me esperes para cenar.—respondió el hebreo saliendo con prisa del lugar.

Egipto ponía esta vez su atención en su pareja, después de todo aun seguían casados, una unión que jamas se rompería...no hasta que uno de ellos desfallesca.

Israel estaba alegre y nervioso, caminando por las callejas en dirección a una pequeña plazuela rodeada de flores multicolor, había planeado desde hace mucho salir con el turco en plan de amigos, disfrutar el día como antes lo hacia con el egipcio; como podía darse cuenta de que le brindaba alas al turco, tal vez deseaba hacerlo o sin querer lo hacia. Llevaba un atuendo casual, una camisa de mangas cortas y semiabierta al estilo del verano de color azul marino, unas bermudas color beige y unos mocasines talo azul marino, llevaba unas gafas de montura redonda y de vidrios amarillos, se veía tan jovial con aquel atuendo dejando ver la piel de sus antebrazos y de la parte inferior de sus piernas; aquella piel blanquecina tomaría un color más vivo. Turquía estaba sorprendido por el cambio de look que llevaba el hebreo, aquel outfit veraniego era una faceta impresionante, podría quedarse con la boca semiabierta por el sombro de verlo caminar hacia el todo el tiempo que sea necesario. Podría desear que el tiempo se detuviera ahí para seguir observando su belleza masculina juvenil despampanante, observando su sonrisa a medida que se acercaba a su persona.

Israel observaba al turco, llevaba una camisa de mangas largas y semiabierta de color naranja, un pantalón de mezclilla color azul marino y unos mocasines talo beige, su cabellera yacía amarrada en un moño alto como si llevara un pequeño tomate rojo sobre su cabeza, las gafas de montura redonda y vidrios cafés lo hacían ver interesante, era alguien tan atractivo cuando sonreía con levedad, parecía sin duda alguna un modelo de catalogo con el cual salia a divertirse.

—Vaya...te vez espectacular!.—halago el turco a medida que lo abrazaba cariñosamente.

—Tu también te vez espectacular!. —devolvio el halago a medida que descansaba su mentón sobre el hombro ajeno.

—Bien, vamos a caminar por el muelle, he visto vistosas novedades que quisiera que veas!.—comentó a medida que pasaba su brazo por encima de los hombros hebreos.

—Me parece una buena idea!.—añadio con una sonrisa.

Ambos se encaminaban en dirección al muelle que no quedaba muy lejos del lugar, pero había alguien que los seguía y ese alguien era el egipcio. Egipto había salido de casa detrás del hebreo, aquella repentina reunión le resultaba misteriosa por demás decir rara, desconfiaba de la misma y aquella desconfianza se alimentaba de la rara e inusual vestimenta que hoy llevaba su pareja, si de por si el repentino cambio de actitud del hebreo le había generado ideas en la cabeza las mismas se fortalecían con su actual actuar. Desconfiaba de su palabra, desconfiaba de Israel.

《¤Un Sueño hecho Realidad¤》(Israel & Egipto) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora