(✓) ⿻ after him, josh richards.

𝟭𝟳. ━━ 𝖺𝖿𝗍𝖾𝗋 𝗁𝗂𝗆.

—No esperaba verte aquí. —dice. Me vuelvo al instante y me aparto mucho mas de lo que ya estoy. Aunque las personas a mi alrededor no me lo permiten mas.

Sus ojos brillantes me miran de abajo para arriba. Luego vuelve a centrar sus ojos en los míos y dice: —¿Por qué has venido? ¿Quién te invito? —pregunta.

No debí a ver venido. —Pues... —busco una excusa de porqué he acabado aquí, pero no la hay—: Tú, tú y nadie mas me ha invitado. Sólo que te enojaste y ya no quisiste aceptarlo. —lo acuso.

Y estoy mintiendo. —Yo no me enoje. Fuiste tú, tú te enojaste conmigo sólo porque no sé expresar mis sentimientos. Y ya, luego apareces aquí, muy sexi, por cierto. Y me acusas. —dice—. ¿Eres bipolar o algo así? —pregunta—, mira, mejor pasémosla bien ya que estas aquí. —se encoge de hombros.

Y creo que tiene razón.

Suspiro derrotada.

—Está bien, sólo admite que te alegras por tenerme aquí. —sonrío con superioridad.

—¿Qué? No. —sonríe. —Admítelo. Ó me voy. —le reto.

Echa la cabeza para atrás; he ganado. —Muy bien, sí, lo admito, me alegro de tenerte aquí, ahora vamos por un trago, ¿si? —Oh..., yo no bebo, Josh. —le recuerdo.

No puedo creer que lo haya olvidado.

—No me importa, nena, hoy lo probaras. —dice. Quiero hacerlo, pero sé que está mal, está muy mal. «No lo hagas, no lo hagas, no lo hagas...», dice sin cesar una voz en mi interior.

Ah, lo sé, lo sé muy bien, está mucho peor que mal. Pero no sé por que quiero hacerlo.

Josh pide vodka, bueno, he oído que es muy bueno y sabe rico. No puede ser tan malo.

Cuando el señor que atiende le da dos vasos rojos me entra el pánico de nuevo. Su mano se extiende hasta tomar la mía y me río de la estupidez que estaba pasando. En fin, agarra la mía y pone el vaso rojo, esta frío y escurren unas pequeñas gotas a los costados.

Antes de llevarlo a mis labios, lo huelo, un hábito raro mío.

—¿Por qué lo hueles, ______? No le puse droga o algo así. —sonrié ligeramente. —Por que, pues... nunca he tomado.

—Te gustará, no sabe feo, sólo tómalo. —me anima.

Hago un gesto raro y me lo llevo a los labios.

El alcohol inunda mi boca, me sabe asqueroso.

Josh como es un burlón, se ríe de mis caras.

Le doy otro trago y mi garganta lo recibe mejor que el primer trago. 

—Esta bueno, ¿eh? —pregunta. Y me voltea para que lo vea. «No lo veas, se supone que estás enojada con él», me reprende mi subconsciente. 

—¿Y tú Nessa? —pregunto. 

—No es mía. Jamás será mía y no quiero que lo sea. Y, pues no sé dónde está. Supongo que ligando con otro. –le da otro trago a su vaso. Asiento.

Nessa es una zorra entonces.