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Carla

Me despierto en el mejor lugar del mundo. Junto a mi rey en el sofá.
Es tan mono cuando duerme...

Me apretujo más a él, para sentir que esto es real y no un sueño.

- Buenos días mi reina. Me dice sin mirarme con voz adormilada.

Cada vez que me llama así es q le quiero comer a besos dios.

- Lo siento no te quería despertar.

- Tranquila, que sepas q no había dormido también bien desde hace siglos. Me habla sin abrir sus ojos.

Sonrió al escucharle, y me intento levantar pero me aprisiona con sus brazos.

- A donde crees que vasss? Esta vez abre un poquito sus preciosos ojazos marrones.

- Pues donde Lu, recuerda como nos fuimos, seguramente estén preocupados.

- Me ha llamado Guzmán, le he dicho que estamos bien, y que nos dejara la casa todo el día. Así q no te preocupes. Me abraza más fuerte.

Dios es q es un osito de pelucheee!!!!

- Y que te apetece hacer? Me pregunta con una pequeña sonrisa.

- Pues esta noche he estado pensando y he hecho un plan.

- A si?? Joder que rápida eres.

Le respondo con una sonrisa mientras el sigue dormido.

- Asi q quieres seguir durmiendo. Me acerco a él y le empiezo a besar el cuello.

- Mmmm me lo estoy pensando...
Me pilla desprevenida y con un solo movimiento se pone encima de mi.

- Rawwww. Intento ser sexi, pero me sale mal.

En vez de ponerle mas cachondo se empieza a descojonar, al no poder aguantar me uno a sus risas.

- Dios te amo demasiado. Me responde entre risas.

- Ya somos dos, ahora al lío.
Le atraigo hacia mis labios rápidamente. Es una puta necesidad besarle.

El beso al principio es tranquilo, cada uno recorre la cavidad a su antojo, nuestras lenguas bailan un bonito Valls. El beso se va intensificando tan rápido que al cabo de segundos ya estamos sin ropa y degustando nuestros cuerpos.

- Ahora me pone más que seas abogado. Gimo a causa del roce de su humeda lengua con mi pezon.

- Está en mi poder que vayas a la cárcel o no. Sigue degustando mis pechos.

- Y usted que decide, soy culpable o inocente. Le agarró de las mejillas para poder besarlo.

- Culpable como una catedral.

- Y que he hecho para ser culpable abogado. Le susurro en el oído mientras le encadeno la cintura con mis piernas.

- Pues ser la persona más sexi del mundo. Al instante su ereccion roza mi intimidad.

- Uff pues tendrá que acostumbrarse abogado, x que no me pienso separarme de usted. Le muerdo el lóbulo de la oreja.

Siento como me penetra en un solo movimiento. Al instante gimo de placer. Sus movimientos se funden con los míos, mientras sus labios acallaban mis gemidos.
Sus embestidas son más rápidas y profundas.

Joder si que ha mejorado dios.

A los pocos minutos pegamos un gemido de satisfacción al unísono en señal de que hemos llegado.

•𝑵𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒅𝒂𝒅: 𝐌𝐢𝐥 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora