Crónicas de un errante

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Crónicas de un errante

He vuelto a caer en el vacío, intente mantenerme lo más alejado posible de este lugar, pero algunos destinos son inevitables e inefables, aquí me encuentro solo y con algunas heridas que me tomará mucho tiempo sanar, el cansancio se apoderó de mi cuerpo y no poseo las energías suficientes para abandonar con premura este lugar de lamentos.

Puede que simplemente esté exagerando o quizás es realmente curioso lo que me está sucediendo; pues aún estando en un lugar de absoluta y desconcertante soledad, no me siento solo.

Estando aquí descubrí que, la soledad nunca es más cruel que cuando se siente en estrecha proximidad con alguien que ha dejado de comunicarse; pero en este aún cuando no estás presente y la distancia nos separa, aun puedo sentirte cerca, puedo sentir tu calor y eso me motiva abandonar este lamentable lugar en el que me encuentro recluido.

Crónicas de un errante

Me encuentro en un lugar donde me es imposible escapar, he atravesado miles de puertas una y otra vez, pero aún así no he podido descifrar este laberinto mental que me mantiene prisionero; la completa oscuridad empeora de forma desproporcionada las posibilidades de ser libre y no existe una pequeña estrella que pueda guiar mi camino.

El sonido de mis lágrimas hacen eco y es el único sonido que puedo escuchar en kilómetros, he dejado de pronunciar palabra alguna ya que mi cordura se destruyó con el pasar de los años; he aprendido a vivir en la completa soledad e ignoró todos los seres que habitan en este maldito laberinto.

A veces, nuestras mentes ven cosas que nuestros corazones desean, destruyendo cada anhelo que el mismo alberga y enviándonos a un vacío tan profundo que ni el mismo Dios podría sacarnos.


Crónicas de un errante

Pase diecinueve meses navegando en un mar turbulento en el cual debía poner al limite mi paciencia día a día, las luchas eran constantes y ni hablar de los constantes pleitos que tenía con quien me acompañaba durante este viaje; su actitud me sacaba de mis casillas y cada instante me demostraba que no debía permanecer mucho más tiempo a su lado.

Llegó tiempo de tocar puerto y decidí tomar la decisión de iniciar mi propia aventura , durante doce meses explore muchos puertos y aguas cristalinas que deslumbrarian a cualquier navegante; entre en una tormenta en la cual navegar es imposible, estuve errante durante doce meses más y cuando estaba a punto de perder las esperanzas, una hermosa sirena se aproximó por la popa de mi embarcación y me sacó de esta tormenta tan enceguecedora. Poniendo así fin a mi miseria, trayendo consigo paz, tranquilidad y una felicidad de la cual no había disfrutado hace mucho tiempo.

Desde aquel día zurco las aguas a su lado, descubriendo cada día las maravillas del mundo y disfrutando uno a uno los hermosos atardeceres que este hermoso mundo nos brinda.

Crónicas de un errante

El cansancio se apoderó de mi cuerpo y todas mis energías lentamente están desapareciendo,
me siento frustrado y por momentos siento que es el instante de rendirme, bajar los brazos y abandonar la lucha.

Sé que tú nunca comprenderás por completo mis razones y me reprocharas por tomar esta decisión, pero he decido rendirme, sé que quizás me juzgarás sin conocer mi historia y pensaras que soy el peor ser humano del mundo, pero espero y sigas mi legado.

Cuando leas esto no creas que clamó por ayuda y mucho menos intentó llamar la atención, solo soy un alma errante intentando desahogar todo estos sentimientos que llevo reprimiendo durante mucho tiempo.

Cartas de un soñadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora