Borrador (simplemente porque me aburro).

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Era por la mañana y estaba en la cama sin nada de ropa abrazada a Stefan. Él se estaba despertando a la misma vez que yo.

- Buenos días - dijo acariciándome.

- Te quiero tanto - dije suspirando por sus caricias.

- Lo sé y hoy tengo una sorpresa para ti - dijo dejándome sin palabras.

- ¿Te importa si me levanto a por ella? Es solo un instante - me preguntó.

- No tranquilo - contesté entre lágrimas.

- Ehh, ¿qué te ocurre? - me preguntó acariciándome la mejilla.

- Nada, es que me haces muy feliz - contesté sonriendo mientras se levantaba y cogía una pequeña cajita de una mesa.

Antes de acercarse a donde yo estaba fue diciendo.

- Sé que eres mi hermana pequeña y que a lo mejor todavía es demasiado pronto para lo que te voy preguntar y puede que no te sientas lista, pero creo que si te lo digo ahora será mejor, porque no sabemos si luego tendremos tiempo para hacerlo en condiciones. Pero te lo diré - dijo.

Cuando terminó de decirlo se acercó de nuevo a la cama se quedó cerca de donde estaba, abrió la caja y puso una rodilla en el suelo para decir.

- Luna Salvatore, hermanita, ¿te quieres casar conmigo? - preguntó mirándome a los ojos con una sonrisa.

En la cajita había un pequeño anillo con un diamante en el centro. Era de oro.

Me incorporé y me quedé mirándole, solo tenía ganas de decirle gritando con toda mi alma que "ERA EL MEJOR HERMANO DEL MUNDO". No sabía cómo darle las gracias por todo lo que me estaba dando, tantos buenos momentos junto a su lado. Se me encogió el corazón y me quedé sin respiración. En ese momento sentí mariposas en el estómago. Pero recordé que si Damon se enterase posiblemente se sentiría fatal y no quería tampoco romperle el corazón a mi otro hermano. Sin embargo no pude contestar porque llegó Damon que se había enterado de lo que había pasado.

- ¿Os vais a casar? - preguntó Damon mirándome y esperando a que no fuera cierto.

No quería contestarle hasta que se me ocurrió decirle.

- Damon, Stefan, no quiero perder lo que tengo con ninguno de los dos así que por eso se me ha ocurrido que podría casarme con los dos, aunque a lo mejor a vosotros no os gusta mucho la idea - dije con un poco de miedo a cómo podían reaccionar.

Stefan y Damon se miraron, luego me miraron a mí y asintieron.

- Con tal de que seas feliz - contestaron los dos.

- Si Stefan te ha comprado un anillo, entonces permíteme el privilegio de comprarte otro - dijo Damon.

- Claro - contesté contenta de estar con los dos.

- Sé que te va a encantar saber esto, pero el anillo no lo he comprado con la fortuna familiar, sino con trabajo y esfuerzo como te gusta a ti. Estuve trabajando y ahorrando ese dinero para comprártelo - comentó Stefan.

- ¡Ayyy! Venid aquí, os quiero tanto - exclamé abrazándoles a los dos.

- ¿Y cuándo podríamos casarnos? - preguntó Damon mordiéndome el labio.

- ¡Ah! - gemí tiernamente volviendo a tumbarme en la cama.

- No sé, tal vez la semana que viene o el mes que viene - contesté con una sonrisa.

- El mes que viene está bien para prepararlo todo lo mejor posible - comentó Stefan.

Una semana antes de la boda, habitación de Stefan y Luna, por la mañana.

Luna Salvatore one-shots +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora