Otro día, otra oportunidad de hacer mi vida más feliz. Aunque también era otro sufrimiento por Kaila y otro día de hospital de mamá, que sinceramente no sé porqué está en el hospital, debería estar en una residencia. Esta vez cuando llegué a clase vi que mi libreta faltaba otra vez pero, ¿cómo? Era la pregunta, esta mañana había cerrado bien mi mochila, lo había comprobado. Bueno, espero que no le falte nada. Fui a visitar al aula de ensueño, me recibieron con entusiasmo y sinceramente esos pequeños detalles y agradecimientos me alegran el día. Estaba con el tema de la libreta en mente en el descanso así que no presté atención cuando Drew me estaba hablando.
- Tío, ¿qué te pasa? Estás como, fuera de este mundo.
- Eh, lo siento Drew pero me robaron algo esta mañana y quiero averiguar cómo.
- Lo averiguaremos juntos, somos un grupo, le pasa algo a alguien de él y nos pasa a todos - dijo con determinación Angie.
Los demás sólo asintieron.
- Es mi libreta, la de dibujo, no es tan importante chicos de verdad, aparecerá, siempre aparece - aseguré.
La última clase la pasé mirando el reloj de la pared, un reloj viejo que debía estar ahí desde que abrió este instituto, y que está tan averiado que la manecilla de segundos no funcionaba. Por estar mirando aquel artefacto antiguo no me di cuenta de algunas cosas, había sonado el timbre, me estaban esperando en la puerta y mi libreta estaba en la mesa. Lo primero que hice fue cogerla y empezar a pasar páginas hasta que vi que faltaba un dibujo. Era el dibujo de un paisaje plateado y dorado, lo recordaba y además estaba mal arrancado, se veían los bordes de aquellos colores que utilizaban para las medallas.
Suspiré profundamente, guardé la libreta en mi mochila y me dirigí hacia la puerta donde estaban mis amigos. La profesora Puertos se había ido hace rato por lo que me dijeron, además estábamos solos en el aula. Holly seguía estando pálida y las ojeras se le marcaban más como si siguiese sin dormir. Eso no podía ser posible ya que yo me encargaba de que durmiera y lo conseguía. Era extraño pero no sabía si tendría solución.
Estuvimos hablando por el camino como siempre pero se sentía con otra atmósfera el ambiente. Como si supiera alguien del grupo y no lo hubiese dicho. No le di importancia, no por el momento. Las chicas hablaban delante nuestra mientras que Drew y yo hablábamos de otras cosas.
De repente prestamos atención a lo que decían por distintas razones. Drew porque había escuchado otra vez el nombre de aquel chico de curso superior y se veía bastante celoso. Yo porque dijeron que iban a hacer una fiesta de pijamas con todos los del grupo. Íbamos a negarnos pero ni hablar nos dejaron, con decirte que estuvimos casi obligados a aceptar. Definitivamente con las chicas siendo más que nosotros dos nos persuadían muy fácil.
La fiesta sería en dos días para que diese tiempo a organizar todo, sería en casa de Mar pues decía que su cuarto era tan grande que cabría la clase entera. También decía que era el cuarto más grande junto al salón de su casa. Nos despedimos y Holly y yo entramos en la casa sin pegar a la puerta. Teníamos llave y papá estaba trabajando por lo que en la casa no había nadie. Desde más o menos las 8 de la mañana hasta las 3 de la tarde en la casa reinaba una soledad y silencio absoluto. Nosotros dos casi nunca interrumpiamos ese silencio abismal hasta después de comer. Era como si le tuviésemos respeto a aquella situación que ya era cotidiana.
Empecé a hacer deberes, ni bajé a cenar, no tenía hambre. Me acosté antes de que Holly llegara al cuarto pero estaba despierto, aparentando estar dormido. No podía dormir, tampoco tenía sueño y al llegar la madrugada tenía la garganta muy seca. Salí de la cama, me puse las zapatillas que me quedaban grandes, miré hacia la cama de Holly y ¿qué extraño? Su cama estaba destapada entera y sin ella dentro. No le di tanta importancia pues pensé que sería una alucinación por falta de sueño o algo por el estilo.
Empecé a bajar las escaleras para ir a la cocina a por un pequeño vaso de agua. La peor decisión y más triste que tomé, al bajar escuché una conversación de mis dos personas más queridas. El tema del que hablaban era demasiado para mi, no lo soportaba. Cambió mi confianza y la última pieza de mi corazón que estaba intacta se terminó por romper. Iba a empezar a llorar pero no quería hacer ruido para poder seguir escuchando, así que me mordí el labio para evitar que sollozos escaparan de mi boca.
Los intentaba reprimir tan fuerte que comenzó a sangrar pero ese dolor era uno menor comparado con el que sentía interiormente. De tanto llorar empecé a temblar ligeramente y mis piernas con los temblores comenzaron a fallarme. Como pude me apoyé en la barandilla de las escaleras que había en la casa para mantenerme en pie. Toda esa información que me ocultaron, todos esos secretos que no me contaron, y yo había sido tan iluso. Había confiado en ellos como nunca y ahí estaban, mi hermana menor y mi padre hablando de algo que me corrompía el alma. De tristeza pasé a sentir rabia, rabia por haberme escondido aquello tan valioso. Su conversación cada vez se volvía más pesada y había más tensión en el aire.
- Papá tenemos que decirle - estaba muy nerviosa, lo percibía.
- No Holly, solo haría que se preocupara más de lo que debería estar - parecía más calmado que ella.
Preocuparse de qué... O quién, puse más atención a ver qué decían.
- Es que es para preocuparse, no sabemos cuánto tiempo le queda - le echó en cara a papá.
Por mi mente llegaban los más horribles pensamientos sobre quién podrían estar hablando. No me gustaba para nada lo que en ese instante estaba pensando. La conversación siguió y no se daban cuenta de mi presencia. La ira y tristeza me cegaba los pensamientos y no escuché nada más de lo que dijeron hasta que Holly le dijo a mi padre.
- Hay que contarle que tiene cáncer también.
Esas fueron las palabras que me indicaron que volviese a mi cuarto y así hice. Me tapé con las mantas hasta cubrir mi cabeza, mis ojos aún estaban a rebosar de lágrimas saladas pero permanecí en silencio. Percibí cuando Holly subió al cuarto y se volvió a meter en la cama, cuando se durmió deje escapar sollozos.
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Nick Pers-
Holiwi, ¿qué tal? Espero que muy bien.Qué capítulo más triste, me dio pena hasta escribirlo, ¿piensas que fue triste?
Sé que suena cliché lo del cáncer pero todo lo que escribo me pasa a mí o a alguien muy cercano, así que sí, eso ha pasado.
¡¡Gracias por el 1k de lecturas!! Son increíbles.
1187 palabras
Hasta la próxima fénix oscuros.
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Un esclavo más (Editando)
Teen FictionLo que más hace falta a veces, es una escapada semanal con tus amigos para desconectar. Alejandro eso lo sabe bien, y tendrá que despejarse de sus sentimientos amorosos hacia Kaila. Entra para conocer la vida de este chico y sus aventuras, si se les...