Pacto

Lo siento

Ojalá se hubiera detenido en ese momento, si viera prestado más atención a como temblaba sin duda hubiera parado, había hecho una promesa de tratarlo bien apenas unas horas atrás para después forzarlo a un acto traumático para él.

Pero que delicado lugar era aquel, más cálido que la boca de la criatura, mas apretado de lo que esperaba aun que era claro que ya había sido usado pero gracias a eso ya estaba suave ahí adentro, empujo con descaro uno más de sus dígitos en el canal escuchando un leve chapoteo cuando empezó a moverlo a modo de tijeras, estaba asombrado por ese sonido anonadado en la forma que sus dedos abrían el canal, su miembro por otro lado estaba deseoso de adentrarse por este, su boca ya no le bastaba deseaba estar dentro de él, presiono sus dedos hacia delante y las paredes se estremecieron. Miro al otro notando como cubría su cara con sus manos, sus hombros están rojos y lo más fantástico es que volvía estar más duro como nunca.

- Me encargare de esto por ti

Dijo como si este fuera una clase de permiso sordo, paso su mano derecha por el falo cálido, a la par que con su mano izquierda jugaba con las entrañas del pelinegro, amaba ese sonido húmedo que escapaba del lugar junto a la respiración agitada de aquel, que agradable se sentía a medida que la mucosidad de su recto recubría sus dedos. Beso los hombros de aquel metiendo otro de sus dígitos escuchaba un gemido, el primer gemido que escuchaba esa noche.

Sonrió como si esa fuera una vitoria, moviendo su mano para ampliar el cálido recinto que su miembro ocuparía esa noche, saco sus dígitos mirando como las paredes de la entrada temblaban como si estuvieran a nada de derrumbarse, deslizo su miembro desnudo por la entrada que tembló con fuerza contra su punta, parecía que no quería entrar del todo. Detuvo los avances con el miembro ajeno para sostener las caderas de aquel y meterse con dificultad por esos pasillos estrechos, la humedad no bastaba para deslizarse dentro de el tal vez habría sido necesaria más preparación, gruño suavemente con el entrecejo fruncido empujándolo más a la fuerza era más difícil que hacerlo por la vagina de una mujer.

Tal vez estaba muy concentrado o la voz de aquel era demasiado baja como para ignorar sus suplicas, cuando logro ingresar por completo el sudor cubría esa espalda ancha y parecía que todo él estaba ardiendo, su interior era más caliente que nada y la suavidad era maravillosa pues los músculos trataban de sacarlo sin resultado, era delicioso como las caderas de aquel se retorcían mientras él le sujetaba. Se movió primero despacio en principio tratando de acostumbrarse a esas nuevas sensaciones que le rodeaban, avanzar en aquel pequeño lugar era complicado apenas era capaz de moverse por mucha fuerza que se pusiera.

Beso sus hombros de forma lenta sujetándole con más fuerzas, con la suficiente para dejar sus dedos marcados en la palidez de su cuerpo, sus dedos dejaban líneas rojas en su cadera mientras algún quejido se perdía en los labios del pelinegro, o tal vez en la calurosa atmosfera que los rodeaba en ese momento, sus estoques ablandaron el esfínter de esa criatura hasta que le dio cabida. Beso detrás de su oreja y se rio suavemente de forma nerviosa antes de salir un momento, quería cambiar de posición.

- Puedes ponerte bocabajo- aquel residente del infierno no se movió en lo más mínimo, ni siquiera lo volteo a ver su respiración estaba cortada y sus glúteos temblaban levemente- no tienes que tener miedo

Dejo un par de besos en su hombro pasando sus dedos a su pecho deteniéndose en sus pezones. Le empuje lentamente con su cuerpo para que se colocara de aquella manera sin que el otro dijera nada, mordió su cuello dejando una marca enrojecida para después bajar por su columna vertebral hasta sus muslos donde metió sus dedos de nuevo escuchando el ruido húmedo que producían sus dígitos al llenarse de aquel liquido lubricante, levanto un poco sus caderas y se introdujo hasta la empuñadura escuchando otro gemido contra las almohadas.