¿Los caminantes? Bueno, a estas alturas, ya son efectos secundarios del apocalipsis. Las personas son una amenaza aún más grande que los muertos.
Han transcurrido varios meses después del último ataque a la prisión por parte del Gobernador y su ejér...
—Veamos —Lynn sacó el mapa que les había hecho Hershel —. Este es... el río Turner. Estoy segurísima —siguió. Daryl entrecerró los ojos en su dirección con cierta burla —. Así que Bumesville debería estar río abajo... Calculo que a unos kilómetros.
—Parece el mejor sitio para buscar otro vehículo —mencionó Bob.
—Eh, Ty —le llamó Daryl, decidido a seguir con el camino. Habían perdido mucho tiempo ya, debían continuar. Tyreese se encontraba lejos de todos, a orillas del río mientras que ellos se hallaban sobre el pequeño puente —. Espabila, vámonos.
Él no parecía hacer caso a nada de nada. Lynn le miró apenada al no ver al Tyreese de siempre y se quedó detrás cuando Daryl y Bob se adelantaron.
—¿No escuchas? —preguntó Lynn —. Quizás encontremos un coche en ese pueblo.
—Hemos perdido una noche —dijo, pensando en negativo. Así se hace, claro que sí —. Mi hermana, tu chaval... y los demás estarán muertos.
—Oye, no digas eso —se negó a creer Lynn —. Llegaremos.
—¿Eso lo dices tú de verdad? ¿Ahora te importa esa gente? —cuestionó —. No, solo te importa Asher.
Silencio. Ese había sido un golpe bajo, tan bajo como el que le había dado Bob.
—¿Y eso está mal? —se enfrentó Lynn, negando con la cabeza —. ¿Sabes qué? Desde el principio, desde que empezó este puto apocalipsis, incluso antes, no he dejado de luchar por alguien. Cuando Rick se caía por algún bache en el camino, ahí estaba yo: le ayudaba y volvía.
Suspiró angustiada, al borde del colapso. Tyreese alzó la vista.
—Y por una sola vez, una, que no estoy luchando por todos... tenéis que recordarme a cada minuto lo mala persona que soy ahora —hizo una pausa —. Y quizás no me creas, Ty, quizás pienses que soy una hija de puta. Pero no sólo me importa Asher; Sasha también está contagiada y ella me importa. Fue una de las pocas personas que no me miró mal cuando empecé a salir del otro lado de esas verjas para matar zombis: cuando todos creían —rió —, creen que soy una desquiciada suicida, ella ve lo que no veis el resto. Créeme, no me he adaptado a la perfección a tantas personas —se acercó al filo del puente y le observó. Él se había reincorporado —, pero no te atrevas a hablar de algo de lo que no tienes ni idea.
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Bueno, después de horas... allí seguían, caminando y caminando sin parar. Unos kilómetros... Ya, ¡y una mierda! Aquello parecían millas de distancia y más si iban a pie.
Tyreese no sabía qué decir después de que Lynn le revelara toda esa información, después de que estuviera al borde del colapso. Eso le hizo pensar todo el camino, junto a Bob y unos metros por detrás de Daryl y Lynn.
