↳ O4 |shut up

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O4. CÁLLATE

—Patrick estaba bien ayer —comenzó diciendo Carol, sentada en la mesa del consejo —y murió por la noche. Si dos han muerto tan rápido, habrá que separar a los que han estado expuesto.

—Son todos los de ese pabellón —dijo Daryl —, todos nosotros, tal vez más...

—Sabemos que esa enfermedad puede ser letal —informó Hershel —. Aún no sabemos cómo se contagia. ¿Alguien más está mostrando síntomas que sepamos?

—No podemos esperar sentados, hay niños —mencionó Carol —. No solo por la enfermedad, si muere alguien será una amenaza.

—Pues pongámonos en cuarentena —soltó Lynn, que se había mantenido callada y con sus botas militares sobre la mesa mientras se recostaba en su silla, con los ojos cerrados y el paño mojado sobre su cabeza, en la herida... tal y como le había dicho Caleb —. ¿Tan difícil es, joder?

Hershel la examinó por unos segundos.

—Haría falta un sitio para aislarlos, no pueden quedarse en el D. Ni siquiera podemos arriesgarnos a limpiarlo.

—Podemos usar el A —propuso Carol.

—¿El corredor? —cuestionó Glenn —. No sé si eso es mucho mejor.

—Está limpio —mencionó Daryl, que por más que le jodiera, la idea de Lynn había sido buena —. Eso es mejor.

—Entonces está decidido —suspiró agotada —. Buena charla.

Se incorporó con la intención de ponerse a ello, de comenzar de una vez. Sin embargo, enseguida el dolor de cabeza le hizo volver a sentarse y cerrar los ojos con fastidio.

Puto caballo.

—Deberías descansar —dijo Glenn —. Tienes un buen golpe en la cabeza.

—No puedo —negó Lynn, volviendo a levantarse con todo el esfuerzo del mundo —. Descansaré después, cuando me asegure de que Asher está bien.

Daryl bufó. Era imposible razonar con la pelirroja, daba igual que lo intentara.

—No tengo la cabeza para discutir, Dixon, pero que te quede claro que ya te saltaré en cuanto... —perdió el equilibrio. Daryl, gracias a sus increíbles reflejos, la sostuvo antes de que cayera al suelo en otro estrepitoso golpe —. Mierda.

Lynn llevó su mano a la zona afectada. Dixon la terminó de cargar entre sus brazos y le echó una mirada al resto.

—La llevaré con Caleb.

Asintieron y el arquero desapareció con Lynn por la puerta.

—Suéltame, idiota —susurró Lynn —. No soy tu damisela en apuros.

—¿Es que no puedes callarte ni por dos segundos?

—Oh, vamos, sabes que no... —se quejó, cerrando sus ojos y comenzando a sentir las tremendas ganas de dormirse —. Maldito caballo asesino. Deberíais encerrarlo, sé dónde lo guardan y no dudaré en matarlo cuando esto termine... —ya empezaba a divagar.

Dixon la movió un poco para reincorporarla.

—Deja de hablar y no te duermas —devolvió Daryl, llegando al fin hasta Caleb —. Eh, revísale la cabeza... creo que se le han aflojado los tornillos que aún le quedaban.

La dejó cuidadosamente sobre una de las camas y esperó a que el doctor hiciera lo suyo.

—No es por la gripe, eso es bueno —la examinó, colocando el paño en su cabeza —. Pero no deberías haberte levantando de la cama. Tienes que descansar, fue un golpe duro. Y... últimamente estás peor; sin tratamiento... te sales de control.

𝙁𝙄𝙂𝙃𝙏 ▷ ᴅᴀʀʏʟ ᴅɪxᴏɴ; ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora