𝙁𝙄𝙂𝙃𝙏 ▷ ᴅᴀʀʏʟ ᴅɪxᴏɴ; ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ

↳ 15 |we just met and you want to go back!

〘 15. ¡ACABAMOS DE ENCONTRARNOS Y YA QUIERES VOLVER A IRTE! 〙

UFF, ESA FUE LA GOTA que resbaló el vaso que determinaba su paciencia. Así que, sin nadie verlo venir, Glenn le pegó el tan ansiado puñetazo que buscaba encajar en el momento perfecto; y sí, le quedó muy bien. Incluso hizo que Abraham se tambaleara y cayera al suelo de culo, pasándose el dorso de su mano por la sangre que resbalaba de su nariz.

Que a gusto que se había quedado...

—Maggie está viva... y la encontraré —le dejó en claro, volviendo a coger su mochila del suelo, colgándosela y aventurándose a seguir con el largo camino que le esperaba.

Claro que... después de darle un puñetazo a nada más ni nada menos que al Sargento Pelirrojo, no se iba a quedar en tablas por más que el coreano lo quisiera. Evidentemente que no... por eso, Abraham se levantó y empleó la técnica "modo ventosa humana". Si no sabéis de qué se trata esta magistral "táctica de combate", hoy dormiréis sabiendo algo nuevo: básicamente consiste en agarrarte a la persona por detrás y pegarte como si fueras una ventosa, así como si estuvieras abrazándote al enemigo, pero... en realidad le estás desorientando para hacerlo caer y tenerlo bajo control. Nunca falla.

—¡Hijo de puta! —además, es una buena manera de descargarse contra alguien. A Abraham le encantaba esa técnica ancestral tan utilizada... Sí...

—¡Eh! —exclamó Tara, acercándose a ambos casi al instante. A esas alturas ya, Abraham se encontraba sobre Glenn: ¿veis? Técnica ventosa humana.

—¡Luego soy yo la de los problemas de ira! —Lynn no dudó en ir tras Tara, uniéndoseles a las dos Rosita.

—¡Abraham! —llamó Rosita. Y mientras todo esto ocurría, Eugene solo junto al convoy a tomar por culo de la pelea. Menos mal que era él el supuesto portador de una cura al virus zombi...; en fin, que Lynn intentaba inútilmente deshacer la técnica ventosa humana... pero nada, que el pelirrojo no cedía —. ¡Déjale!

Rosita tiró de Abraham hacia detrás, cosa que no resultó muy bien, pues solo consiguió que el pelirrojo quedara más cerca de su objetivo: tener más a huevo el matar a Glenn, por el rumbo que tomaba la situación.

—¡Suéltame! —forcejeaba Glenn.

—¡Abraham, que lo sueltes! —bramó Lynn, fastidiada ya por la actitud tan inmadura que estaba teniendo su hermano. Y mira que de los dos, el cuerdo y equilibrado era él. Vamos, que Lynn tuvo que estar muy hasta los cojones ya para acercarse, darle una patada a Abraham y se colocarse sobre él para aplacarlo —. ¡Cálmate de una puta vez, pesado!

—Te recordaba más lenta —dijo en su defensa, poniendo las manos sobre la pierna de Lynn, que estaba sutilmente impidiéndole respirar un poco... un poco, no penséis que mataría a su hermano... no... La pelirroja miró por el rabillo del ojo cómo Glenn recuperaba el oxígeno faltante y quitó la pierna de la garganta de Abraham, examinando que su se empezaba a calmar y levantándose ambos.

—¡¿Pero qué coño te pasa?! —le soltó fatigada, respirando con dificultad y sin romper el contacto visual con el pelirrojo.

—¡¿Qué me pasa a mí?! —devolvió Abraham —. ¡Acabamos de encontrarnos y tú ya te quieres volver a largar! ¡No quiero perderte de nuevo!

—¡Desde luego no eres el mismo! —le reprochó Lynn —. Y que te quede claro, imbécil: ¡por lo menos yo no voy por todo el apocalipsis persiguiendo una puta fantasía! ¿Salvar el mundo? ¡Por favor!

—Oh, perdona, ¡¿es que tú sí eres la misma?! —contraatacó, dándole un pequeño empujón —. ¡Ni siquiera te reconozco, hermanita!

Lynn le miró fijamente, entrando en duelo ocular; está bien, aquello le había dolido, había sido como una patada en los huevos... claro que la pelirroja no iba a mostrárselo y darle esa satisfacción. No, en cambio, los disparos provenientes de donde estaba el convoy les alertaron y trajeron pronto a la cruda realidad. Se trataba de Eugene; sí, su inexperto manejo de armas no importó demasiado cuando un puñado de caminantes le abordaron estando solo.