¿Los caminantes? Bueno, a estas alturas, ya son efectos secundarios del apocalipsis. Las personas son una amenaza aún más grande que los muertos.
Han transcurrido varios meses después del último ataque a la prisión por parte del Gobernador y su ejér...
DEMIOBSERVÓCONATENCIÓNcada uno de los movimientos de su compañero de huida: Asher Rooker. Le parecía muy curioso cómo el chico era capaz de unir todos los cabos sueltos en su cabeza y encontrar así una explicación a lo que sucedió allí, en aquel lugar donde de seguro habría parado alguien a pasar la noche: el escenario se delataba por sí solo.
—Por aquí pasó alguien, está claro —confirmó As, levantándose de enfrente a la fogata apagada y girándose a Demi —. Quizás hace unos días —bufó —. Esto es inútil, a este ritmo no los encontraremos nunca.
—Con esa negatividad seguro que no —Demi se fijó en que As parecía verdaderamente rendido y suspiró; no le conocía bien, aunque sí que sabía una cosa sobre él... aparte de que era un faro para las chicas —. Vamos, eres Asher Rooker: nunca te rindes. Daremos con Daryl.
—Tú no lo entiendes, Demi —estaba harto de dar vueltas sin rumbo. No lograba dar con el arquero y eso empezaba a desquiciarle tanto que le cabreaba a sobremanera. Era el hecho en sí, joder; no podía centrarse pensando en lo que podría estar pasando por su cabeza ahora mismo —. Él no lo sabe, no sabe que estoy vivo... y yo conozco a Daryl, se culpará por ello. Y para colmo también están Lynn, y Carl, y... y joder, estoy cansando —sin haberlo previsto, en un abrir y cerrar de ojos, Demi se encontraba abrazándole, cosa que As no rechazó. Mierda, lo necesitaba... necesitaba soltarlo todo...; y por muy raro que se le hiciera, Demi era la única que estaba allí por entonces —. Yo... no debí marcharme, no debí hacerle caso. Ahora...
—Eh, para de hacer eso, ¿me escuchas? —la albina se separó levemente del cálido abrazo que les envolvía a ambos adolescentes en medio del bosque, para parar a mirar a As recriminatoriamente —. Podemos con esto.
As asintió repetidas veces y no supo bien por qué, pero se sintió protegido bajo aquellos ojos verdes que poseía la enigmática chica a la que abrazaba. Se sintió en paz.
—Esto... —él trató de sacar esos pensamientos de su mente y se concentró en lo que tenía delante, separándose totalmente de Demi, que sonrió dándose cuenta de la táctica que empleaba As para apartarse —, sigamos.
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Comunicativo no era, para nada. Mucho menos ahora. Sin embargo, Daryl Dixon no iba a dejar sola y a su suerte a Beth; no volvería a cometer el mismo error que con As. Así que, cuando a la rubia se le metió en la cabeza la estúpida idea de querer empezar a ser una adulta con la ayuda del alcohol, el arquero muy a su pesar, le acompañó. Total, el ya pensaba que no tenía nada que perder...
Con eso, habían llegado a una especie de club de mini golf oculto entre los tantos kilómetros de árboles. Ese sitio para ricos venía con todo incluido y el bar no era de echar en falta. Además, tuvieron la gran suerte de que se encontraba gratamente abandonado.
