Eengy y Sulyvahn caminaban a los alrededores de Oolacile viendo lo marchito del reino, y como la oscuridad era más fuerte allí que en cualquier otro lado.
- Lo logramos - dijo Sulyvahn - ganamos la guerra, si Aldia no ha caído, caerá en uno o dos días.
- Si - contestó Eengy.
- No te veo muy animada.
- Solo quiero ver a mi hermana.
- ¿Cuál es el afán?
- Ninguno, solo que ella es todo lo que tengo, y yo todo lo que ella tiene.
- Eran princesas de Izalith, ¿no?
- Eso fue hace mucho tiempo.
- Sabes, la oscuridad es buena, me hace sentir tranquilo.
- ¿Por qué? Yo solo veo destrucción.
- Los humanos somos oscuros querida Eengy, te aseguro, que el mundo fuera es bello y hermoso, mientras estemos acá adentro, no acabaremos con él, y nos hace valorar más lo que tenemos, la oscuridad no es mala por ser oscura, sino porque nos muestra quienes somos verdaderamente, solo quiero preservar eso.
- Tiene sentido mago, lo admito, me has convencido de unirme a tu clan.
- No es un clan, es un pensamiento - ríe.
- Uno muy profundo.
- Si…lo es.
En ese momento, se escucharon explosiones en Oolacile, Eengy y Sulyvahn alarmados fueron directo al helecho, cuando llegaron, no había nadie protegiéndolo, aunque estaba intacto.
- Sulyvahn - le dijo Eengy al mago señalando a sus espaldas, el mago al voltearse quedo junto con Eengy frente a frente con dos hostiles.
- No tocaran El Helecho - dijo Sulyvahn que desenfundo sus espadas oscuras, mientras Eengy desenfundo su espada.
- Una espada de Anor Londo - dijo Leone - ¿Dónde la conseguiste?
- El mismísimo rey Gwyn me la dio como símbolo de respeto.
- Bueno, proteger ese helecho te quita ese honor.
- ¿Quién eres? - preguntó Sulyvahn.
- Mi corona debería date un indicio, soy Leone, reina de Anor Londo.
- Anor Londo ya no existe ilusa - dijo Eengy.
- Renació - contestó Leone - y acabara con Oceiros.
- Y ¿solo son ustedes dos?
Varg que solo escuchaba, vio que soldados se acercaban de diferentes lados, la espada de Varg se encendió en llamas, y ataco a los soldados, mientras Varg peleaba con los refuerzos y no dejaba que nadie se acercara, Leone siguió conversando con los defensores del helecho.
- Mi ejercito va hacia Aldia, para apoyar, el mundo ha estado mucho tiempo en oscuridad, es tiempo de ver la luz.
- La humanidad no merece estar en la luz.
- No quienes han abusado toda su vida.
- Lo dice la hija de una genocida - dice Eengy.
- ¿Tu madre que fue? – preguntó Leone.
- Fue la reina de Izalith - contestó Eengy - un reino al que tu madre masacro.
- ¿Eres reina?
-No.
-Y tu madre lo fue, asi como yo no soy genocida, como mi madre lo fue, no quiero lastimarlos.
- ¿Lastimarnos? - preguntó Sulyvahn - nuestro poder viene de la oscuridad, y como veras estamos rodeados de ella.
- Podemos terminar esto de una manera pacífica, solo dejen El Helecho.
Los dos rivales no cedieron, y atacaron.
Tanto Sulyvahn como Eengy, potenciados por la oscuridad, se movieron a una velocidad imposible de seguir con el ojo humano, pero para Leone, no era problema, pues El Ojo del Caos lo veía todo.
“¿Lo esquivó?” pensó Eengy, viendo como su estocada que era muy veloz no había tocado a su rival.
Varg, que ya había acabado con los soldados, observaba distanciado la batalla, que no estaba a su nivel, pues, aunque su espada era muy buena, sus habilidades físicas no se comparaban a las de aquellos tres.
Sulyvahn y Eengy fallaban golpe tras golpe, hasta que, en un momento, Leone igualo su velocidad, mientras dejaba rastros de rayos por donde pasaba.
Los golpes de Leone, con su enorme lanza, eran mucho más fuertes, ambos igualados en velocidad, pero superados en fuerza, evitaban a toda costa que la reina de Anor Londo tocara el helecho, entonces Leone usó un golpe mortal.
La reina dejó que Sulyvahn acertara un golpe contra su lanza, cargada de rayos, y el mago recibió una enorme descarga, que le quemó todo por dentro, Sulyvahn murió al instante.
Eengy, que rápidamente se vio superada, se vio con una herida en su estómago, y cayó rendida.
Leone, al verla en el suelo, la fue a rematar.
- Espera - dijo Eengy - no quiero morir aún, mi hermana viene en camino, y quiero estar viva cuando ella llegue, se lo prometí.
Leone bajo la lanza, se dirigió al helecho, y clavo allí la lanza.
El Helecho se deshizo con la electricidad de la lanza, y la oscuridad se disipo, el domo desapareció, y abrió paso al mundo, era de noche, Leone, Varg y la herida Eengy, solo observaron las estrellas brillar en el cielo.
- Es hermoso - dijo Varg - nunca había visto las estrellas antes.
- Yo tampoco - dijo Leone.
- Yo ya había olvidado como era de hermoso - dijo Eengy.
Leone se acercó a Eengy y le extendió la mano.
- Aun puedo ayudarte - dijo Leone.
- Vete - dijo Eengy - me has liberado, yo solo espero a mi hermana.
- De acuerdo, no me dijiste tu nombre.
- Eengy de Izalith.
- Descansa en paz.
Leone y Varg se fueron de Oolacile, no antes sin ver, como donde estaba el domo, ya no estaba rodeado de un precipicio gigante, sino de un rio, toda la zona estaba rodeada de un rio con agua, el cráter se había llenado de alguna manera de agua.
°°°
Quelana, que presenció como las estrellas aparecían en el cielo, no evito pensar en que había pasado en Oolacile, y apresuro a su caballo, pues ya estaban cerca.
Quelana solo encontraba cuerpos sin vida cada vez que entraba más en Oolacile, hasta que llegó al helecho y vio que no quedaba nada, vio cómo su espada de hielo, había perdido el poder oscuro que solo uso una vez, y ahora solo era una espada de hielo.
- Que…Quelana - dijo Eengy muy débil, que estaba acostada en una piedra.
- ¡EENGY! - Quelana se acercó a su hermana y reviso su herida.
- Prometí que estaría viva cuando volvieras - dijo Eengy.
- Y yo que volvería viva - contestó Quelana - pero no así.
- Somos libres - dijo Eengy - la oscuridad ya no está…
Eengy deja de respirar y fallece en los brazos de Quelana, que llora con el alma desgarrada por la pérdida de la última persona que le quedaba…
Pasados unos minutos, Quelana pensó que ya nada importaba, y que solo quería una cosa, acabar con Aldia, pues sabía que todo era culpa de quien fue por ese helecho.
Quelana arropo a Eengy en unas mantas, y la metió suavemente al rio, que quedaba al otro lado de donde antes estaba el domo oscuro, el cuerpo se hundió despacio hasta desaparecer en el fondo.
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Almas De Ceniza
FantastikUltima Parte de "Almas de Acero". El destino ha dictado que a llegado el momento de definir o erradicar una era.