El Rey Maldito

23 15 0
                                    

- Lo admito Leeroy - dijo Eengy - tus habilidades de rastreo son buenas.

- Sí - afirmó Chester - un camino sin obstáculos, es de admirar.

- Gracias - dijo Leeroy.

Los seis visitantes de Oceiros estaban allí, al frente de Oolacile, después de tres días de viaje, gracias a Leeroy evitaron cualquier encuentro con bandidos o bestias.

- Sigamos - dijo Quelana.

Mientras entraban a Oolacile, el lugar era silencioso y desolado, lleno de esqueletos y escombros, los hongos cubrían las flores marchitas, las casas abandonadas, algunas casi enteras, de otras solo había partes, al sur de Oolacile, estaba el final, el domo.

- Jamás estuve tan cerca del domo - dijo Zallen.

- No lo vayas a cruzar - interrumpió Sulyvahn - la caída es muy larga.

- Si no lo fuera ya habría salido de este basurero - dijo Chester.

- Aquí no hay nada con vida - dijo Eengy.

- Oolacile es grande - dijo Sulyvahn - solo debemos buscar una fuente de oscuridad.

- Leeroy y Eengy vayan más al oriente - dijo Quelana - Chester y Zallen, al centro, Sulyvahn y yo iremos más al sur.

Eengy y Leeroy llegaron al final de Oolacile sin encontrar nada.

- Bueno no encontramos nada - dijo Eengy.

- Mira - señaló Leeroy dentro de una de las casas abandonadas.

- Vaya - dijo Eengy.

- Una flor no marchita.

- Qué suerte.

-Si.

- Volvamos, déjala vivir en su armonía en medio del desastre.

Zallen y Chester llegaron al centro, donde solo había muerte, como el resto de Oolacile.

- Espera principito - dijo Chester agarrándole el brazo a Zallen.

- Suéltame bandido - contestó Zallen.

- Shh.

- Nadie me calla.

Chester jalo a Zallen hasta una pared casi deshecha y allí se escondieron. De una de las casas abandonadas salió un Guardián de Santuario Corrompido.

- Eso es…

- Si principito, la fuente debe estar cerca.

- No, mira, se dirige al sur, hay que avisarle a Sulyvahn.

Zallen iba a salir a correr, pero Chester lo jalo de nuevo.

- Cálmate, harás que nos maten.

Esperaron a que se fuera el guardián para salir de su escondite, e ir en busca de Eengy y Leeroy, para luego ir por Quelana y Sulyvahn.

Sulyvahn y Quelana iban terminando de recorrer el sur, y no habían encontrado nada aún.

- Usted cree en la oscuridad ¿no anciano? - habló Quelana.

- Es nuestra oportunidad de ser mejores, una raza superior - contestó Sulyvahn.

- ¿Está seguro?

- Anor Londo fue superior por muchos años, creyendo en El Sol y La Luna, ahora es tiempo de darle paso a la oscuridad.

- Es diferente, ellos no los controlaban.

- Pero nosotros lo haremos, sabes no sé tú, pero yo quiero salvar Oceiros, forjar mi destino, estoy cansado de que el destino haga lo que quiera.

Almas De CenizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora