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—Boca abajo

Ordenó, mientras que su pene continuaba duro cual mástil.

Cyrus sin más obedeció, estando él también desnudo, después de que la húmeda lengua de su compañero de cama, había recorrido cada centímetro de su piel, y le había gustado mucho, aunque jamás se atreviera a admitirlo.

Esa lengua húmeda y deseosa de él le había encantado, en especial cuando jugueteó con sus tetillas y su ombligo. Y es que el que no fuera una mujer no impedía que no fuera tratado como una, en especial cuando sus sensibles tetillas eran mordidas y lamidas como se tratarán de los pechos de una femina, y es que parecía que TJ tenía una especie de fijación por ellos, claro que en realidad desconocia,  que ese tipo de fijación era por todo y cada centímetro de su cuerpo.

Un gritó llenó de sorpresa escapó de su boca, al sentir como su interior era penetrado por aquella lengua tan ambiciosa, porque nunca parecía tener suficiente de él.

Dios, fue lo primero que pensó cuando sintió como su agüero recibía aquella lengua, sin poder evitar contraerse. 

Sólo sabía que su cuerpo quería más, más de lo que recibía, más de lo que TJ le estaba dando.

¿Cómo era posible que algo así se sintiera tan bien? Era una jodida locura y ni aún así, dejaba de mover su trasero en busca de más placer, pero en su defensa, sus caderas parecían tener vida propia.

Gimió de nuevo, un segundo gemido también se repitió y ya cuando un tercero llegó sintió su cuerpo arder por lo fuerte que se había oído este.

De un momento a otro, aquella habilidosa lengua dejó de arremeter contra él y terminó siendo reemplazada por el erguido miembro de TJ.

Cyrus volvió a emitir sonidos vergonzosos, pero ninguno de estos le hizo justicia a su sentir, él quería gritar, aunque era demasiado cobarde para atreverse a tanto, por lo que dejó que todo su cuerpo se estremeciera por completo, en consecuencia, terminó apretando las sábanas hasta que los dedos de sus manos se enrojecieron por la sobre fuerza aplicada mientras que los dedos de sus pies se doblaron.

Y el constante sonido provocado por el movimiento desenfrenado por parte de el basquetbolista, golpeando la parte posterior de sus muslos, no ayudaban en lo absoluto a que pudiera controlar su placer.

TJ lo estaba destrozando, de una forma demasiado placentera para ser real, y lo era y Cyrus no creía poder aguantar por mucho.

Y con un gemido que estuvo a nada de mutar y ser un grito, se vino sobre su abdomen mientras que TJ lo hizo  en su interior, llenándolo tanto, que incluso sintió como parte de aquel abundante semen se escurria por sus piernas.

El ahora flácido pene de su compañero de cama,  abandonó su interior y entonces por fin pudo recuperar la cordura, esa que siempre solía perder cuando estaba con él.

Estando rendido se acomodó en la cama, permaneciendo ahora boca arriba, por un momento había pensado en cubrirse pero estaba tan agotado que no tenía ganas de mover siquiera una pestaña.

El basquetbolista no estaba tan agotado como él sin embargo no se molestó en cubrir su desnudez y es que nunca se molestaba en hacer algo tan absurdo. Y es que ellos acababan de tener sexo después de todo.

Recorrió con la mirada la habitación, observó cada detalle de la misma por más pequeño que fuese para después dirigir su mirada a su cama, más en especial, a la persona que ahí dormía de lo más cómoda.

Sus orbes verdes se fijaron por un tiempo prolongado en él. 
Sonrió. Estaba hecho un desastre, había hecho de él un muy erótico desastre estando ahí en su cama desnudo, con su cabello en desorden, con semen deslizándose por sus piernas mientras que el olor a sexo se había impregnado por completo en su piel. 
Verlo en aquellas deplorable condiciones era como ver una película porno para poder complacerse a si mismo, de sólo pensarlo su cuerpo reaccionó y terminó semi erecto.

Tira y Afloja |Tyrus|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora