Abrazar con a m o r

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Borja desayunaba su cereal favorito mientras miraba por la ventana de la cocina, los rayos del sol aún no salían pero el cielo estaba bastante claro. Eran las 6:20 am y él iba a casa de Auron a las 6:30 a pesar de que terminaban yendo a la escuela 15 minutos antes de que empezaran las clases.

El mundo de Luzu seguía una rutina que si bien no le molestaba, era un fiel amante de las sorpresas. A pesar de que le gustaba tener una lista mental de lo que debía hacer cada día, el salirse de sus parámetros no estaba mal, y Lana le daba ese toque a su vida.

O al menos, así lo fue antes de que la chica decidiera cambiarse a una ciudad lejos del pueblo. Se sentía feliz por ella, por eso es que ambos acordaron terminar su relación, para que ninguno se sintiera atado al otro. Aún así, se amaban y Lana le llamaba cada vez que podía.

Para Luzu, el amor que se tenían era algo que no terminaba incluso si ya no había una relación oficial entre ellos. Al principio sintió como si su mundo se cayera a pedazos, pero fue entendiéndolo mejor gracias a sus amigos y al postularse como candidato para la sociedad de alumnos. Su padre le ayudó a hacer carteles y su madre a organizar propuestas, de lo demás ya lo tenía cubierto.

Las elecciones eran el miércoles dentro de dos semanas.

Cuando menos lo notó, sus diez minutos de desayuno ya habían pasado. Tomó su mochila y salió de casa en silencio, sus padres estaban durmiendo aún. Bajó por las escaleras y caminó hasta llegar al frente de los apartamentos de Auron. Se sentó en la banqueta, como siempre y esperó mientras tarareaba una canción.

-Buenos días -saludó Raúl detrás del chico, y éste se giró en respuesta.

-Buenos días, Auroncito, ¿dormiste bien?

-No muy bien, la verdad, el profesor dejó un ensayo y lo dejé al último.

-Debería ser fácil.

-Era en Inglés -Auron extendió su mano para ayudar a Luzu a levantarse y, una vez lo hizo, comenzaron a caminar a la escuela.

-¿No sabes inglés?

El contrario negó con la cabeza y Luzu rió.

-Why? -dijo, observando a Auron titubear su respuesta.

-Eh…yes, i am?

Luzu volvió a reír, esta vez más fuerte que la anterior.

-Déjame ayudarte ahí.

-¿Por qué eres tan amable conmigo?

-Algo en ti me hace querer serlo.

A partir de ahí, caminaron en silencio lo poco que quedaba de camino. Luzu tarareaba de nuevo sin darse cuenta, cosa que Auron disfrutaba, era como escuchar una canción nueva.

Entraron juntos y, como el salón de Luzu quedaba antes que el de su amigo, tuvieron que despedirse ahí.

-Nos vemos en la salida -Auron le sonrió antes de irse, y Luzu le siguió con la mirada antes de entrar a su salón de clase. Apenas se giró, encontró a Samuel recargado en el escritorio del profesor, cruzado de brazos y con una mirada inquisitiva.

-¿Qué?

-Así que…Auron.

-…¿qué?

-Haces lo mismo que hacías con Lana, sólo digo.

Vegetta fue a su asiento, dejando al contrario bastante confundido.

“¿Lo hago?” pensó Luzu antes de sentarse a lado de su mejor amigo.

.

.

.

La clase era de Artística. Debían hacer una maqueta de una de las 7 maravillas del mundo, y Auron no sabía ni siquiera que existía una.

Los estudiantes debían hacer un equipo de 4 integrantes para elaborarla. Se quedó en su asiento mientras los chicos a su alrededor se movían. Pensó en ir con Willy y Fargan, pero el chico pelirrojo que apareció enfrente suyo le detuvo.

-¿Estás solo?

Auron asintió, y el chico jaló la silla de su pupitre para sentarse a lado suyo.

-Ya no.

-Nunca dije que sí.

-No me importa -esto le había hecho reír.

-¡Auron! ¿Podemos? -Willy le llamó, a su lado estaba Fargan comiendo dulces a escondidas.

-Ven acá, William.

Los 4 chicos hicieron su equipo, “Dinamita" le había llamado Auron. Entre palabra y palabra habían decidido hacer una del mundo antiguo, específicamente el faro de Alejandría. Acordaron que Guillermo y David harían la base de la maqueta y unos cuantos barcos para adornar el mar, mientras que Auron y su compañero harían el faro y en donde estaba puesto. A pesar de que eran un equipo, la pareja estaba en su rollo bromeando entre sí, mientras que Auron permanecía callado, riéndose de vez en cuando de algo dicho por Fargan.

-No sé tu nombre -dijo el pelirrojo.

-Dime Auron, un gusto, eh…

-Puedes llamarme Lolito. Y al móvil también.

No pudo evitar reír algo nervioso tras su comentario-. Muy bien.

-Salgamos después de clase a comprar los materiales para el faro, ¿qué dices?

-De acuerdo.

-¿Será buena idea ponerle luces de verdad?

-Se vería genial pero no sé cómo hacerlo.

-Le robamos luces de navidad a alguna casa y ya está.

-Yo los distraigo y tú corres -respondió.

-Si nos descubren diremos que nos obligó Samuel de Luque.

-Hecho.

Rieron al unísono, se sentía feliz de hallar a un amigo por sí mismo. O algo así.

.

.

.

Las clases por fin habían terminado y Fargan se sentía ansioso. Metió sus dispersos útiles en su mochila tan rápido como pudo y ayudó a Willy con los suyos, su novio no entendía aún lo que quería hacer.

-¿A dónde vamos? -dijo.

-Sorpresa -respondió. Últimamente a Guillermo le gustaban sus sorpresas, siempre eran lindas. Algo que le gustaba bastante de Fargan era lo espontáneo que podía ser.

David tomó su mano y Willy entrelazó sus dedos. Salieron juntos del salón, siendo Fargan el que guiaba, pero algo hizo detener a su pareja que, por ende, le obligó a detenerse también.

-¿Qué pasa?

-Es Luzu.

Miró en dirección al chico, estaba de pie en el otro extremo de la puerta, esperando por algo. O por alguien. Ambos se miraron con cierta confusión, pues ese “alguien" ya se había ido con cierto pelirrojo.

Willy soltó su mano por segundos sólo para decirle a Luzu que no debía esperar más, y el castaño sólo se despidió con una sonrisa para los dos.

Caminar a lado de Guillermo le provocaba mil sensaciones. No era un chico que fuera demasiado activo, pero sí gracioso y amaba ver al de ojos verdes reír. Le había conocido en una tienda de videojuegos, en ese entonces Samuel y el contrario estaban juntos.

Cuando ocurrió lo de Frank, se mantuvo cerca de Willy porque sabía que lidiar con ello sería bastante difícil, entre más tiempo pasaban juntos, más querían estar el uno del otro. Encajaban demasiado bien, eran un dúo bastante problemático pero disfrutaban la cercanía.

Cuando Fargan le confesó a Willy lo que sentía, nunca esperó que le correspondiera. A veces, sentía que era un mal amigo con Samuel por quitarle uno de los motivos por los que sonreía, pero, ¿cómo iba a saber que el amor explotaría en ambos en el momento que Díaz le abrazó por estar a su lado cuando más lo necesitó? Y es que Vegetta nunca se alejó, pero Guillermo sí y eso terminó por cerrar una puerta mientras se abría otra.

Antes de entrar a la cafetería donde Fargan había preparado una mesa para ambos, Willy le besó, y David sólo pudo desear besarlo por mucho tiempo más.




Recuerden dormir 6 u 8 horas diarias y no alterar su horario de sueño.
¡Espero que lo hayan disfrutado!

As a flower - Karmaland AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora