Reflejos de c h i s p a s

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Los rayos del sol amenazaban con salir, acompañando a Alex en su recorrido por ir a la escuela. Siempre procuraba ir con cuidado porque aún había zonas oscuras, de todas formas podía pasar desapercibido por su baja estatura.

Tenía suerte de ser el único vigilante escolar, pero a veces se sentía solo, especialmente por las mañanas. Había perdido el miedo con el pasar de los meses, además de que siempre podía contar con los guardias de seguridad que se paseaban por ahí.

Solía quedarse después de clase sólo para verificar que todo estuviera en orden, la mayoría de veces sólo encontraba parejas besándose detrás de la escuela.

Sintió pisadas detrás de sí, no descartaba que fuera un alumno pero definitivamente sentía escalofríos. Pasaron unos minutos en los que se olvidó de la persona detrás suya hasta que ésta le tocó el hombro. Se sobresaltó, pero tras ver a Fargan sonriéndole le dieron unas ganas de golpearlo.

-Buenos días.

-Buenos días -respondió.

-¿Por qué vas tan temprano?

-Vigilante escolar.

-Yo iría por Willy, pero no quiero ver a su padre…

-¿Qué hiciste, Fargan?

Evadió su pregunta y sólo soltó una risita, incluso Alex sabía de lo que era capaz.

El más bajo caminó en silencio escuchando las diversas cosas que le contaba, mayormente era sobre el mural y ciertas cositas de su club. Por lo menos le había distraído de su camino mañanero. Cuando entraron a la escuela, Fargan siguió pegado a él así que le llevó al aula de Audiovisuales.

-Alexby, se te cayó esto -le extendió aquella USB de color negro con toques verdosos, la tomó de su mano y volvió a guardarla en lo más profundo de su mochila, ¿cómo se le había caído?

-Gracias, búho.

-¿Búho, señor oficial?

-Ves cosas que muchas veces no suelo ver, de hecho… -lo pensó algunos segundos, si hablaba con Samuel sobre nuevos vigilantes ya no tendría que estar solo y, si era Fargan, sabía que no lo estaría nunca-. ¿Quieres ser un vigilante?

-¿De verdad?

Asintió.

-Sólo tendríamos que hablar con Vegetta y…

-No -interrumpió- con él no.

-Oh, cierto, las elecciones.

Por obvias razones, votaría por aquel castaño tan amable llamado Luzu, le había seguido la pista durante tanto tiempo que no dudaba en que sería tan buen presidente como lo había sido Vegetta.

-¿Cómo está Frank?

Aquella pregunta había salido de la nada, por lo que le dejó desconcertado.

-No lo sé.

-¿No hablas con él?

-Sus padres me lo prohibieron desde que se fue, pero creo que tampoco tengo el valor de hacerlo.

-Oh, Alex -le envolvió entre sus brazos y dejó leves palmaditas sobre su espalda como consuelo-. Lo harás cuando estés listo, podemos llamarle juntos algún día.

El más bajo sólo asintió, dejándose llevar por su abrazo. Hace tiempo que no recibía uno. Alex no descartaba el deseo de ver a Frank por tan sólo 10 minutos para que pudiera decirle lo bien que se veía siempre, tal y como Stax solía hacer.

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El fin de semana había sido fantástico, su padre y su ahora pretendiente lograron entablar una amistad y, en secreto, el padre de Samuel aprobó al más alto. Pese que a su coqueteo no llevaba mucho tiempo, se sentía bastante cómodo.

As a flower - Karmaland AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora