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Como era de esperarse cuando llegó el día para ir a Hogsmade todos los alumnos de tercer año en adelante estaban emocionados por ir, era el día favorito de muchos. Ella aún no podía ir, pero sus amigos siempre volvían con dulces para ella.
Hope se encontraba en la fuente dibujando mientras los alumnos entregaban sus permisos para asistir al pequeño pueblo cercano al castillo.
—Hola, pequeña genio.
Cedric Diggory se sentó al lado de ella para saludarla con un sonoro beso en la mejilla. Le quitó el pergamino de forma juguetona para ver qué era lo que estaba dibujando.
—Hola, fastidioso.
Respondió ella dándole un golpe amistoso en el hombro sacándole una sonrisa al mayor, quien no despegaba sus ojos del pergamino.
—¿Quién es? Es como una versión de ti, pero más grande.
—No lo sé, simplemente es una imagen que me vino a la mente. Pero tienes razón.
—¡Hey, Diggory! Deja a mi hermana y vámonos.
—¡Ya voy! —Gritó el tejón en dirección a Ares y le devolvió el pergamino a la chica para volver a darle un beso en la mejilla, pero ahora como despedida. — Compraré plumas ácidas para ti.
—Y por eso eres mi favorito.
Hope se llevaba muy bien con personas mayores y de otras casas porque en múltiples ocasiones les había ayudado a muchos con sus clases de pociones. Cedric había sido uno de ellos, el tejón se sorprendió muchísimo en que la chica supiera tanto para la edad que tenía, pero todo cobró más sentido cuando se enteró que era la ahijada de Snape. Y desde que la gente lo supo muchas veces acudían a ella en busca de su ayuda.
—Si el permiso no está firmado no podrás ir. No podrás acompañarnos, son las reglas, Potter.
—Los que tengan permiso síganme, los demás háganse a un lado.
A la niña le llamó la atención aquello, era muy extraño que a alguien no le firmaran el permiso a Hogsmade.
—Pero, profesora si usted lo firma podré ir...
—Creo que no. Solo el padre o tutor están autorizados, yo no puedo porque sería inapropiado. Perdona, Potter.
La cara de desilusión del chico podía verse a kilómetros de distancia, pero parecía estar tratando de mostrar su mejor cara para que sus amigos se fueran tranquilos a la visita al pueblo.
—Olvídenlo.
Ron y Hermione terminaron siguiendo al grupo para no retrasarse luego de despedirse de su amigo. Hope se sintió bastante mal por él, a pesar de que jamás había hablado. Con la única del trío dorado con quien llevaba una amistad era con Hermione, ambas eran unas obsesionadas con el estudio y eso las había unido.
