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❝Lo imposible puede volverse realidad, sobre todo cuando se trata de salvar a tus seres queridos.❞
Parte final 2/2.
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—No podía decírtelo, no ibas a creerme y además de eso, estoy segura de que hubieras salido corriendo a buscarlo. Eres impulso, Leo.
—¿¡Tú quién te crees que eres para decirme cómo debo ser o no!? —Volvió a gritarle apretando más la varita.
—Baja eso, niño. —Le dijo Sirius, quien se encontraba saliendo del sauce boxeador con el trío dorado, el profesor Lupin y Snape levitando en el aire.
Los ojos del Black menor estaban a punto de echar fuego y Hope sabía que Sirius no iba a ayudar a que eso disminuyera ni un poco.
—Y ahora tú... ¿Quién te crees para darme órdenes? —Respondió sin dejar de mirar a la pelirroja, pero claramente dirigiéndose a su padre.
—Soy tu padre, Leo. Baja la varita.
—No, yo no tengo un padre. No quieras ocupar un puesto que no te pertenece. No cuando tomaste una decisión hace años que sabías que iba a perjudicar a tu familia y aún así no te importó.
—Lo sé, tomé decisiones que...
—Tomaste decisiones estúpidas y aún lo sigues haciendo. Preferiste buscar a tu ahijado antes que, a tu hijo, no eres un padre de verdad. Jamás lo has sido y jamás lo serás.
Si los ojos de Sirius ya se encontraban apagados antes de escuchar aquello, ahora ya no quedaba ni un rastro de la más mínima luz de felicidad en ellos. Estaba claro que las palabras de su hijo le habían dolido, a pesar de que no quería demostrarlo.
—Ya hablaremos después, cuando se demuestre mi inocencia.
Luego de aquello Leo bajó la varita y Sirius se giró para hablar con Harry.
—Fue muy noble lo que hiciste con Peter, no se lo merecía.
—No creo que a mi padre le hubiese gustado que sus amigos fueran unos asesinos. Muerto la verdad muere con él y vivo tú eres libre.
