Las clases de pociones transcurrían con normalidad, con unos cuantos calderos explotados que hacían que el profesor les restara puntos a las casas y les diera el castigo de limpiar después de forma muggle por el desastre que habían causado.
—Espero mañana en mi escritorio un metro de pergamino donde me explicarán todo lo necesario acerca de la poción vista el día de hoy.
Hope escuchó algunos quejidos bajos por parte de los demás, ninguno se atrevió a quejarse en voz alta por miedo a que el profesor les restara más puntos o les hiciera más larga la extensión de la tarea.
—Urquart. —La llamó Snape justo antes de que saliera. Para ella era raro que la llamara por su apellido, pero entendía eso en las clases, era su maestro también después de todo.
Se acercó al azabache mientras sus compañeros terminaban de salir del aula. Tenía que apresurarse si no quería llegar tarde a su siguiente clase.
—¿Qué pasa, padrino? No quiero llegar tarde a herbología.
—Quiero hablar contigo, te daré un justificante para que lo lleves después. Siéntate.
La niña hice un ligero mohín, pero se sentó al mismo tiempo que su padrino lo hacia frente a ella, colocó los codos en la mesa y su rostro en sus manos.
—Con todo lo que está sucediendo en el castillo y tantos dementores custodiándolo, quiero que aprendas un hechizo. Es de alto nivel, pero nada que tú no puedas hacer. Soy consiente de tus habilidades y sé que lo vas a lograr. No quiero pensar en que vas a necesitar usarlo, pero prefiero que lo sepas por si se requiere.
La pelirroja sonrió por la confianza que depositaba su padrino en ella; siempre había sido así. Él desde pequeña le ayudaba con mucha paciencia a utilizar su magia, incluso la magia que tenía por parte de Talia, pese a que Snape no podía hacer esa clase de hechizos siempre estuvo con ella cuando intentaba hacer uno nuevo o cuando comenzó a enseñarle pociones y explotó su primer caldero.
Jamás iba poder olvidar ese día, la cara de su padrino quedó llena del polvo que estaba utilizando para la poción. Se sintió muy avergonzada y pensó que iba a recibir un regaño, pero fue todo lo contrario, él le dijo que no pasaba nada, que era normal que siendo tan pequeña no le saliera todo a la primera, pero que eso solo era una motivación para seguir mejorando. Le dijo que jamás se diera por vencida porque él sabía que cualquier cosa que se propusiera iba a poder lograrla. Desde ese día ella quiso ir mejorando tanto en sus hechizos como en las pociones y lo logró, siempre que se lo proponía lograba crear algo maravilloso.
—¿Qué hace ese hechizo?
—Te servirá para protegerte de un dementor.
—¡Eso sería increíble! Debe ser un hechizo complicado.
—Es el encantamiento patronus. Eres la mejor bruja, puedes hacerlo.
—Pero ¿Puedes enseñármelo? Es decir, no soy la única que está expuesta a los dementores y creo que no sería muy justo que solo yo aprendiera y los demás no...
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Hope | Harry Potter
FanfictionCuando el reloj marca la medianoche es porque llegó la hora de las brujas.