¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❝En cuanto te conocí, supe que había algo en ti que necesitaba. Resultó que no era algo en ti. Solo fuiste tú.❞
Hope había estado evitando un poco a Harry desde el día que se encontró con el pulgoso. Se sentía culpable por no decirle lo que sabía, pero ¿Qué se supone que le dijera? Además, Harry era bastante cabezota y estaba más que segura que iría tras él en cuanto se enterara. Prefirió no decir nada y pasaba el menor tiempo posible con Harry para no abrir la boca. De eso se había dado cuenta el Gryffindor, así que le preguntó a Hermione si había hecho algo mal, pero ella no supo responderle, porque no lo sabía realmente.
Un par de días después de las festividades los alumnos restantes volvieron de las vacaciones y todo siguió transcurriendo con normalidad, las clases retomaron su curso.
—Busca al verdadero culpable. Encuéntralo.
Las voces de las brujas no dejaban dormir a Hope. Llevaban desde que se metió a la cama repitiendo la misma frase y la niña no entendía a qué se referían. Estaba segura de que no se iban a callar hasta que les hiciera caso y temía no hacer caso porque la última vez que algo así sucedió terminó en la enfermería moribunda.
Así que tomó su varita y haciendo el menor ruido posible para no despertar a sus compañeras de habitación y salió de ahí. Bajó hasta la estancia de la sala común y rodó los ojos cuando continuó escuchando a las brujas susurrar lo mismo.
—¿De verdad tengo que salir? Me van a castigar si me encuentran en los pasillos a esta hora.
—Busca al verdadero culpable. Encuéntralo.
—Sí, sí, como sea.
No tenía otra opción, tenía que salir y así fue. Terminó vagando por los pasillos con su varita alumbrando el camino. Tenía miedo de que el conserje o su gata la encontraran y la castigaran o que algún prefecto se la encontrara. Aunque tenía la idea de que si eso pasaba su padrino la salvaría de alguna forma u otra.
—Izquierda.
Ya llevaba un buen rato recorriendo los pasillos y recién se habían dignado a darle una indicación. Algo era mejor que nada. Dobló a la izquierda y podía jurar escuchar pequeños pasos o algo así, era un sonido muy bajo, como de un roedor; podía alcanzar a distinguirlo un poco por el total silencio que había en el castillo.
Comenzó a seguir el sonido y apagó su varita cuando a lo lejos logró distinguir otra luz, pero se escondió en cuanto miró a su padrino y a Harry en medio de uno de los pasillos.
—Potter, ¿Qué haces rondando en los pasillos a esta hora?
—Soy sonámbulo.
—Que parecido tan extraordinario tienes con tu padre, era también excesivamente arrogante y se lucía por todo el castillo.
