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Era día de partido de quidditch, por lo tanto, el castillo se quedaba prácticamente vacío; a Hope no le gustaba mucho el quidditch, pero sus compañeros habían insistido mucho en que debía ir así que terminó accediendo. La niña no entendía cómo es que no habían cancelado el partido con lo feo que estaba el clima; estaba lloviendo como nunca y se podían escuchar los truenos en el cielo.
A penas y podía mantener los ojos abiertos para observar a los equipos jugar, por el viento que estaba arrasando con casi todo. Leo mantenía un paraguas sobre sus cuerpos, pero sentían que estaba a punto de salir volando.
A pesar de los desastrosos que estaba el clima, los alumnos estaban emocionados gritando para animar a sus equipos.
Ella no apoyaba más a un equipo que a otro, pues en uno estaba Cedric y en el otro Harry, ambos eran sus amigos y se sentiría contenta por quien fuese que ganara.
Los buscadores de los equipos ya no se podían ver por el mal clima, estaban perdidos entre las nubes.
Los que se encontraban en las gradas ya no podían ver en dónde se encontraban por la lluvia y la gran cantidad de nubes que adornaba el cielo.
A pesar de los gritos y todo el ruido que la rodeaba, por un momento, para Hope fue como si todo se quedara en silencio. Extrañamente comenzó a sentirse mal; era como si su cuerpo se estuviese quedando sin aire, se sentía más pesada, por lo cual se tambaleó un poco y sus manos habían comenzado a temblar. Podía ver a Leo preocupado a su lado murmurando cosas, lo sabía porque veía su boca moverse, pero no escuchaba nada de lo que le estaba diciendo. Hope estaba pálida.
De pronto comenzó a escuchar los murmullos de las brujas, uno tras otro.
—Caída. Caída. Caída.
Su hermano Ares no estaba tan cerca de ellos, pues estaba con la casa de las águilas, su casa. Pero podía alcanzar a verlos y comenzó a abrirse paso entre sus compañeros de casa para correr hasta donde estaban Leo y Hope cuando se percató de lo que estaba sucediendo con su hermana.
Theo se dio cuenta cuando se giró para mirarlos; no lo había notado por todos los gritos que se escuchaban, pero alcanzó a tomar a Hope entre sus brazos cuando esta de pronto perdió el equilibrio.
—Hey, mírame, ¿Qué pasa?
—Hope, tienes que tratar de calmarte...
Ella quería decirles que no podía, que cada vez sentía que podía respirar menos, pero ni siquiera podía hablar.
Se cubrió los oídos cuando el grito de una mujer retumbó en su cabeza. Parecía que la mujer estaba sufriendo.
Los chicos y las personas se asustaron más al escucharla gritar y tomarse la cabeza de esa forma.
—Iré a buscar a Snape. —Dijo Ares y salió de ahí empujando a todo aquel que se cruzaba en su camino.
De repente todos los alumnos comenzaron a gritar asustados y sorprendidos. Theo ayudó a Hope a ponerse bien de pie cuando se calmó un poco y ambos se giraron para mirar lo que los otros estudiantes hacían.
