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—Hope, ¿Puedes quedarte un momento? —Pidió el profesor Lupin a la pelirroja.
Se había terminado la clase de defensa contra las artes oscuras y ella realmente no tenía ningún problema en quedarse un poco ya que era su última clase del día; eso sí, se moría por ir a almorzar al gran comedor. Ella asintió con la cabeza en forma de respuesta mientras guardaba sus cosas.
—Nos vemos en el gran comedor, Gin.
Se despidió de la leona y se acercó a la primera mesa para sentarse ahí y esperar a ver qué era aquello por lo cual el profesor la había hecho quedarse.
—Primero que nada, ¿Estás mejor? Por lo que pasó en el partido, supo que estuviste en la enfermería.
—Sí, estoy mucho mejor, no fue nada grave afortunadamente.
Remus aún seguía con la duda de si Hope era realmente la hija de Talia y Jordan, así que había ideado un plan en su cabeza que podría salir bastante bien; necesitaba convivir un poco más con ella y hacer que al mismo tiempo conviviera con Harry. Pensó, que, ya que le estaba dando clases extras a Harry para que pudiese defenderse de los dementores, podía hacer lo mismo con ella ya que también se había desmayado en el tren.
—Bueno, estarás preguntándote por qué estás aquí. Verás, recordé lo que sucedió en el tren con el dementor y pensé que tal vez te gustaría recibir algo de ayuda extra para que eso no suceda de nuevo.
Ella le sonrió al profesor ante su amable propuesta, pero supuso que lo que harían sería lo que ella ya había empezado a practicar con su padrino, el encantamiento patronus.
—Es muy amable de su parte profesor, pero la verdad es que mi padrino se preocupó mucho por eso y quiso adelantarse un poco conmigo y enseñarme el encantamiento patronus. Solo he tenido una clase y logré que saliera una luz blanca de mi varita, aún me falta mucho... pero ya estoy en ello.
Él se quiso dar una cachetada mental porque era más que obvio que Snape haría tal cosa. Así que asintió con la cabeza y le mostró una sonrisa. Tendría que buscar otra forma de descubrir la verdad por su cuenta, quizás debería hablar con Talia, porque era más que claro que Snape no le diría nada. Su teoría era una locura, pero al mismo tiempo sabía que la magia de Talia iba más allá de lo que se aprendía en Hogwarts. Así que no descartaba cualquier posibilidad que se le ocurriera.
—Me alegra saber eso, con el castillo lleno de dementores es lo mejor. También quería preguntarte, ¿Escuchaste algo ese día en el tren?
—Mhh, escuché el grito de una mujer, aunque supongo que fue alguna de mis compañeras por el susto. —Se encogió de hombros restándole importancia, después de ese día ya no había vuelto a pensar en ello.
Ella lo veía como algo simple e irrelevante, pero aquello era parte de los puntos que Lupin estaba reuniendo para llegar a la verdad que estaba buscando. Porque recordó que Harry había dicho lo mismo cuando se despertó. El de anteojos también había escuchado el grito de una mujer.
