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❝Que adictivas son las personas que te hacen feliz❞
—¡Me voy a meter en problemas por tu culpa!
Canuto miraba a Hope con ojos de cachorro aplastado y las orejas agachadas; y la bruja simplemente rodó los ojos al verlo hacer aquello y tiró la paleta cerca del lago para seguir jugando con él. Cuando el perro volvió se inclinó frente a ella mientras movía la cola muy animadamente.
—Eres un pulgoso muy dulce.
Sirius se acercó lo suficiente para poder recostarse al lado de la pelirroja patas arriba mientras le ladraba. Hope sabía lo que significaba aquello, quería que le rascara la barriga; cosa que hizo sin dudarlo. Si bien Canuto era un animago ella tenía una conexión con la naturaleza por su parte bruja Bennet, eso claramente incluía a los animales y estaba en ella ser cariñosa y cuidadosa con todo.
—Tengo que irme ya, no hagas nada estúpido hasta que encuentre la forma de hablar con alguien que nos crea. No estás solo, no volverás a estarlo nunca más.
La chica le dio una pequeña bolsita con comida y Canuto tras darle una lamida en la mejilla la tomó con el hocico y salió corriendo de ahí en sus cuatro patas.
Caminó de vuelta al castillo, probablemente directo a escuchar los reclamos de sus amigos porque los últimos días se había estado desapareciendo más que nunca. Ella ponía como excusa que le gustaba estar en contacto con la naturaleza mientras pintaba, porque la mayoría de sus amigos odiaba estar mucho fuera por los insectos; cuando en realidad se la pasaba llevándole de comer a Sirius y se quedaba hablando con él, ella hablaba y él escuchaba. Hope no quería arriesgarlo a que tomara su forma humana solo para conversar con ella.
—¿Me estuviste evitando?
Le preguntó Harry a la pelirroja en cuanto esta puso un pie en el castillo. El león había llegado tan de repente que el rostro de la chica casi chocó con la túnica del de anteojos.
—Hola para ti también, Harry. —Le respondió de lo más tranquila y con una media sonrisa.
La verdad era que sí, lo estaba evitando, pero no podía decirle aquello. Lo había estado evitando por el tema de Sirius, porque se sentía mal de no decirle algo tan importante, pero no podía. El pulgoso la había hecho prometer aquello y ella no rompía sus promesas. Así que tenía que actuar de lo más normal.
—Y no, no te he estado evitando. No sé que te hace pensar eso.
El tono de voz tan dulce que utilizó hizo que Harry pensara que había sido un idiota paranoico y que estaba quedando como un completo estúpido reclamándole.
—Oh. Lo siento... es solo que no habías ido a hablarme, ni a decir buenos días a la mesa de los leones y pensé que tal vez ya no querías hablar conmigo o algo así.
Mientras conversaban Hope continuó caminando así que a Harry no le quedó de otra más que caminar a su lado.
—¿Y por qué no te acercaste tú a hablarme? Es la misma distancia ir yo a ti que tú a mí.
