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ᴘᴇʀꜱᴏɴᴀ ᴇQᴜɪᴠᴏᴄᴀᴅᴀ | XXII

"Merecerá la pena"





Minyoon : necesito más pastillas.

Jaehyun : en el parque a las dos.

Esa era la mejor solución.
Las mágicas pastillas era lo único que necesitaba. Fueron las que me ayudaron cuando por segunda vez volvieron a dañar mi corazón.
Esa noche me hicieron compañía. No recuerdo cuantas fueron ¿4?¿8?¿12?

No lo sé.
El caso es que había terminado la bolsa y necesitaba más.

Por primera vez salí de mi habitación.
Llevaba tres días allí encerrada.
Me negaba a ver a nadie. Únicamente a Seulgi , la empleada que me traía la comida.

Los ojos me pesaban y apenas tenía fuerzas suficientes para elevar los labios en una sonrisa.

¿Tanto me había afectado?
¿Por qué me dejé llevar por aquellos  ojos marrones ?

Me vestí con tranquilidad y fui hasta el parque.

Para mi buena suerte no me crucé con Johnny. Sino, la tercera guerra mundial hubiera ocurrido en mi salón.

Me senté en un banco para esperar a Jaehyun.

Eran la 13:35. Quedaban 25 minutos para la hora acordada.

Me distraje viendo a niños jugar en los toboganes.
También había gente paseando perros y haciendo deporte.

Cerré los ojos dejándome llevar por el momento. Pensé en todo lo que me había pasado ultimamente.
La brisa del viento chocaba directamente contra mi cara, removiendo mi cabello.

¿Merece la pena pasar por todo esto de nuevo?

— No te rindas.

"Un momento, esa voz... "

Abrí los ojos y me levanté del banco de un salto.
Miré por todos lados para encontrar al dueño. Visualicé a un chico con una cazadora vaquera de espaldas caminando hacia el puente que divide el río Han.
No era muy alto, tenía el pelo corto de color negro.

No cabía duda. Era él.

Salí corriendo como un rayo detrás suya.
Tuve que empujar a unas cuantas personas que se habían interpuesto en mi camino.

Podía verle a unos escasos metros de mí.

— DOYOUNG — grité tan fuerte como pude.

De repente una avalancha de gente apareció por el puente.

Por un momento le perdí de vista.

"No, no, no."

Le encontré girando a la derecha por la calle WeiWei.

Aumenté mi velocidad como si detrás mía me persiguiese un león.

Solo un poco más.

— DOYOUNG — grité agarrándole del hombro.

El chico paró en seco y se giró sobre sus talones.

— No sabes cuánto te he echado... de... menos — me quedé callada.

— Lo siento, no sé quién es Doyoung — dijo el chico apenado.

— P-perdón — me disculpé.

"Juraría que era él."

Mine, The babysitter  - 『Johnny Suh』Where stories live. Discover now