Jie solo quería salir de la zona de amigos de Mark, Jaemin se ocupaba de mantenerla ahí.
Una historia romántica adolescente que te hará plantearte tu vida amorosa~
El amor es complicado y muy astuto, la mayoría de veces se reirá en tu cara y otras t...
—¡JAEMIN! —le saludó Jie, iban tarde al instituto, en el caso del chico su despertador no sonó y sus padres ya habían salido a trabajar por entonces, y en el caso de la chica su despertador aka Chenle no se había molestado en despertarla tampoco.
Fueron juntos caminando, habían unos quince minutos andando, ninguno de los dos decía nada, la chica tenía las mejillas rojas por el frío, pero también por la cercanía de sus cuerpos.
Ya era enero, las vacaciones de invierno pasaron volando, Jie y Chenle fueron a China a visitar a sus familiares y los otros se quedaron con sus familias en casa, haciendo alguna obra benéfica o comiendo por las paradas que había por la feria de Navidad. Sí que ellos quedaron un par de veces pero nada especial, hicieron un montón de videollamadas de grupo.
Durante ese periodo de tiempo Jie pensaba en qué estaría haciendo el ahora otra vez castaño. No pudo evitarlo y al final acabó gustando de Jaemin, una vez le dió una oportunidad fue imposible no caer por él, que pena que justamente se fueron de vacaciones.
—...Se nos hace tarde —dijo el chico cortando el silencio.
—Sí, a primera hora hay matemáticas, pobrecita Seunggie estará sola y pobrecito de mi hermano también —rió un poco ella.
—Seungji... —susurró el mayor.
—¿Has dicho algo?
—N-no —dijo rápidamente. —Solo estaba pensando que pobrecita de Seunggie, ella estará sola y sin nadie a su lado —sus ojos se perdían mirando la nieve. —Crees que se verá tan linda como siempre, ¿o habrá mejorado?
Por alguna razón la pelinegra no se sintió a gusto con esa pregunta, su pecho se comprimió un poco y sintió un poco de sudor aún si el termómetro marcaba -4ºC, era sudor frío, del malo.
—No sé,... Ella siempre está linda.
—Ya lo sé —el chico suspiró. —Cada día está más bella y su sonrisa es la más hermosa, puede descongelar glaciares por lo cálida y abierta que es, es tan cariñosa...
Jie era de todo menos eso, no era cada día más bella, su sonrisa tampoco era la más hermosa, y no era ni cálida ni abierta, su piel permanecía casi siempre fría en invierno y tíbia en verano, no se abría con muchas personas (su hermano la llamaba Antisocial), tampoco era cariñosa, le costaba dar besos y abrazos, ser ella la que diera la mano o tener la iniciativa de algo que fuera contacto físico. Jaemin jamás la querría...
No pudo aguantar más las ganas y le preguntó lo que llevaba pensando desde que lo vio esa mañana, hacía unos diez minutos.
—Nana oppa, ¿yo me veo linda? —finalmente preguntó tímidamente.
Él no se había fijado en ella hasta ese momento, la observó de arriba abajo.
Llevaba esto:
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Era ropa que su hermano y ella habían ido a comprar a China en unos grandes almacenes, cada uno debía comprarle el atuendo más caro que encontrasen, utilizando evidentemente prendas caras, al final ganó ella, pues ninguno de los accesorios que su hermano le acumuló consiguieron rebasar los zapatos de 65.000€.
Esa mañana también se había puesto un rímel negro muy caro que una tía suya le compró y regaló, su madre la obligó a gastarlo para el final de mes. También llevaba un labial rojo, no muy intenso, más como un lip gloss, brillante y pegajoso.
"Te ves muy bonita, de verdad" quiso decir él pero su boca y cerebro no colaboraron con su corazón y visión, así que acabó diciendo:
—Te ves como siempre, como una chica normal —la chica se giró, se sentía mal, "¿Qué significaba "Como siempre"?".
Caminó avanzando y dejando atrás a Jaemin, una lágrima resbalaba por su mejilla, ¿el amor le estaba fallando por segunda vez?
