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— ¿Alguna vez te has enamorado? — preguntó Jaemin de la nada.

Jie bajó la cabeza, estaba ruborizada y comenzó a sentirse mareada, no por la pregunta de Jaemin en sí, sinó por todas las emociones de la noche más el alcohol que aún seguía en sus venas.

— No creo que sea un buen momento para hablar de eso, no me encuntro muy bien... — se excusó, salió del baño y se sentó en el sofá de la sala de estar.

Jaemin la siguió y se sentó a su lado, ninguno decía nada.

— Yo sí que me he enamorado. — confesó Jaemin, rompiendo así el tenso silencio.

— Yo también. — la chica se estiró y reposó la cabeza encima de las piernas del chico, quedandose dormida.



( · · · )


La mañana ya había llegado y Jie sintió dos cosas al despertar, la primera fue un dolor de cabeza terrible y la segunda el frío suelo, se acababa de caer del sofá, se giró y para su sorpresa ahí estaba Jaemin estirado a su lado aún durmiendo, con los brazos semiabiertos, ella no quiso sacar conclusiones pero lo más obvio era que habían dormido juntos... ¡Juntos!

Con un pequeño meneo intentó despertar al ahora castaño. ¿Se tiñó mientras dormía? ¿Quién se tiñe el cabello a las cinco de la mañana?

Miró el reloj, eran las cuatro de la tarde y tenía un resacón que ni ella misma se creía, abrió su teléfono móvil, y vio un montón de llamadas perdidas de sus padres, de su hermano y de Mark.

Llamó a su madre para confirmarle que estaba bien, recibiendo una regañina del quince, esta preguntó si Chenle se había quedado con ellos a dormir, ya que al saber que había pasado la noche sola con un chico no le hizo mucha gracia y pensó lo peor, pero Jie creyó que debería estar acostumbrada si es que hasta ahora todos sus amigos eran chicos pero "ya tenían una edad" ahora, ¿no? Y eso también le hizo pensar que Chenle no había pasado la noche en casa tampoco.

Llamó a Chenle y este no le contestaba, ¿les habría pasado algo cuando se fueron tan rápido? Llamó a Renjun y no contestaba, finalmente Jeno si que lo cogió y le contó sobre el estado de Seungji, se quedaría un día más al hospital y volvería a casa, pero le asignarían un psicólogo personal para que tuviera una visita semanal con este los próximos tres meses.

Por último volvió a llamar a Mark y le contestó la madre de este, diciéndole que debido a la fiesta estaba castigado hasta final de mes sin poder salir ni llevar amigos a casa y sin móvil, Jie tragó saliva cuando le contó sobre un montón de objetos valiosos rotos recordando como le rompió ese jarrón en toda la cara al mamón ese.

Jaemin se despertó y estiró ambos brazos y piernas para sentarse.

Jie recordó la corta conversación de ayer, hoy sí que se sentía con ánimos de continuarla pero no quería ser muy obvia y que tuviera una mala impresión.

— Sobre lo de ayer... — comenzó ella.

Let Me Love Him - Na JaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora