— Por favor no llame a seguridad, se lo ruego. — Jie juntó sus manos en forma de plegaria. — Puedo hacer que tengas uno de esos en casa para la próxima semana.
— Já, sí seguro, no me digas que la madre de tu "prima" trabaja para Sheng Baijiao.
— No exactamente, pero él y mi madre se conocieron en el avión en uno de sus viajes a China, es una marca de allí muy reconocida, he estado con él y su familia en varias ocasiones, su hija es también cercana a mi hermano y a mí. — replicó con confianza Jie. — Por si no me he presentado soy Zhong Jie, hija de Zhong Jia li y Zhong Cheng-gong, adinerados inversionistas.
La enfermera se quedó de piedra al escuchar tales nombres, los había oído en la televisión, por sus donaciones y sus edificios, los padres de esta chica poseían más propiedades en solamente Seúl que ella misma contando su apartamento normal y el otro cerca de la costa. Además ahora pensaban invertir en crear un refugio de animales en extinción de una extensión increíble. Pero no era posible eso, no se iba a dejar engañar por esa mocosa.
— No le creo, váyase. — señaló la puerta con su mano.
Jie sacó su teléfono móvil y le enseñó fotos de ella de pequeña con sus padres y su hermano seis minutos mayor. También le enseñó como durante las últimas festividades había estado cenando con los Sheng y como había recibido una tonelada de zapatos de BIH.
— ¿Aún no me cree señora? — Jie se estaba hartando.
— Digamos que te creyera, entonces me enviarían ¿cuántos pares de zapatos a mi casa? — la oferta sonaba demasiado tentadora, ¿igualmente qué le haría esa chica a su amiga? ¿No había nada de que preocuparse, cierto?
— Podría enviarte cincuenta si así lo quisiera. — le sonrió la menor con aires de grandeza. — Pero claro, si no me dejas pasar supongo que deberé hacerle la misma oferta a otra trabajadora, no pasa nada estoy segura de que-
— ¡Acepto! — casi salta desde atrás del mostrador al ver como la pelinegra retrocedía y se iba a sentar. — Pero como no sea verdad te denunciaré.
— Adelante, denúncieme por haberle ofrecido zapatos a cambio de que usted incumpla las órdenes de su trabajo, al fin y al cabo la decisión la tomaba usted, pero no creo que quiera perder su trabajo y vérselas con el ejército de abogados de mi padre. — la enfermera solo le pasó su dirección así como Jie su número de teléfono.
La menor no perdió más tiempo y fue a la habitación de Seungji como un torpedo, casi arranca la puerta al abrirla tan bruscamente. Seungji estaba despierta con parches por todo su cuerpo de tiritas y una expresión llorosa. La ventana que miraba reflectaba su cara y cuerpo sentado en esa camilla.
— Me alegra que estés aquí. — dijo Seungji muy bajito.
Jie se acercó a la cama y vio que al otro lado estaban en el sofá de la estancia Renjun y Chenle dormidos abrazados, como dos bebés. A la chica se le hizo tierno. Agarró la mano de la paciente, con su dedo pulgar trazó círculos en su blanca y fina piel. Jie estaba segura de que no había nadie más perfecta que Seungji, en temas de apariencia, es que su simple existencia era un claro ejemplo de que dios tiene a sus favoritos.
Jeno entró a la habitación quedando sorprendido al ver a Jie allí.
— Hola, no sabía que vendrías, ¿quieres que te traiga algo de la cafetería? — preguntó él dejando dos cafés en la mesita de Seungji. — A ver si puedes convencer a la Madam de que al menos desayune algo, no ha comido nada y me preocupa.
— Jeno no hace falta que te preocupes tanto porque coma, no es como si nunca hubiera estado tres días seguidos sin ingerir nada. — respondió Seungji, más pálida de lo normal, tranquilamente.
— Es que eres mi amiga, pues claro que me preocupo, todos lo hacemos. — Seungji asintió y sonrió, pero parecía que le costaba, como si los costados de su boca hubieran decidido no moverse. Al final sus labios se convirtieron en una línea recta.
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Let Me Love Him - Na Jaemin
ФанфикJie solo quería salir de la zona de amigos de Mark, Jaemin se ocupaba de mantenerla ahí. Una historia romántica adolescente que te hará plantearte tu vida amorosa~ El amor es complicado y muy astuto, la mayoría de veces se reirá en tu cara y otras t...