055

750 64 0
                                    

— ESPECIAL CAPÍTULO LARGO (3/3) —



Con el alma caída fueron al baño los restantes. La imagen conjunta fue devastadora.

Seungji en el suelo llorando desgarradoramente, Jaemin y Chenle sollozando mirando al suelo y Jisung callado con la felicidad a Dios sabe dónde. Donghyuck y Jeno tenían la cara ensangrentada y plamadas muecas de dolor, hacia sus heridas y hacía sus compañeros. Mark abrazaba a Jie la cual también tenía rastros de la pelea y se sentía débil en todos los sentidos posibles, se sentían como en un funeral.

Jie se dejó caer al suelo y se arrastró levemente hasta quedar cerca de Seungji la cual no podía levantarse ni por asomo, tenía una toalla rodeándole el cuerpo y la inocencia rota, de una manera terrible.

Le intentó acariciar la cabeza pero Seungji la apartó, no quería sentir el tacto de nadie, quería ir con su madre y llorar aún más. No merecía nada de eso, por qué, entonces.

— Dejadme sola... — las palabras no salían por su boca eran suspiros tristes.

Los chicos se retiraron del baño y solo se quedó Jie allí.

— Tú también Jie.

Y sin más decir abandonó a la pobre chica en ese cubículo.

Cuando llegó al comedor los demás se encontraban recogiendo los adornos de la fiesta. Nadie decía nada, hasta el aleteo de una mosca era mucho ruido para ese instante. Frente a ella estaba Jaemin aún con lágrimas en sus ojos, este alzó la cabeza al ver que estaban a un metro y ella solo la bajó y fue a ayudarlos.

Ni la canción más alegre conseguiría animarlos mínimamente. Odiaban el hecho de haber sido ellos mismos los que planearon la fiesta, y también el hecho de que hubieran dejado que se descontrolase de tal manera.

— Lo siento mucho, todo fue mi culpa. — dijo Mark para segundos después desmoronarse y llorar allí mismo delante de todos. — Si no hubiera mandado a Hyuck a comprar tanto alcochol nuestra fiesta hubiera sido como cualquier otra de niños de diez años, donde los únicos problemas son tonterías de niños.

— No es tu culpa, debimos haber pasado el tiempo con Seungji, ella hacía el cumpleaños, pero en cambio hemos ido a nuestro aire. — concluyó Jeno.

— Todo esto es una pesadilla, y yo he sido el que compró el alcohol, llegué a la tienda y lo compré con la falsa identificación sin pensarlo mucho, sin pensar en las consecuencias y evidentemente hice mal en no pasar el cumpleaños de mi hermanastra con ella. — explicó Donghyuck dejando a todos aturdidos.

— ¿Seungji es tu hermanastra? — quiso afirmar curioso Renjun.

— Sí, lo somos, y él es un capullo. — dijo Seungji desde el marco de la puerta de la sala de estar.

Todos pararon para observarla, del marco blanco un rastro rojo bajó como agua desde donde tenía el brazo apoyado Seungji, Chenle se acercó y la agarró del brazo delicadamente, horrorizado por sus cortes en el brazo la miró, ella le sonrió levemente y se desmayó, en combinación del alcohol, el trauma psicológico y la gran cantidad de sangre que estaba perdiendo.

Chenle, Renjun y Jeno cogieron el coche con rapidez para ir al hospital como más rápido mejor, sus corazones latían a más velocidad que las ruedas del coche giraban.

Para cuando Jaemin y Jie volvieron del jardín después de haber visto tal escena desde fuera Mark y Donghyuck ya habían recogido casi todo y ellos también casi habían terminado de limpiar el exterior. Vieron la sangre, la sangre de ella, estaba aún bajando por la vertical madera.

— Vayanse a casa, yo terminaré en media hora y me iré a la cama. — les garantizó Mark.

— Yo me quedaré contigo, mi casa queda muy lejos de aquí y se han llevado el coche, así terminaremos más rápido. — anunció Donghyuck con la misma expresión de culpa que todos los otros.

Jaemin y Jie fueron hacia casa caminando. Esa noche era fría y sus cuerpos estaban más destemplados que de costumbre. Jaemin sintió como alguien tiraba de la manga de su chaqueta, se giró y vió la cara de preocupación y tristeza en la chica, además de que de su nariz y labio inferior habían comenzado a sangrar debido a la pelea.

— Ella se pondrá bien, ¿verdad? — preguntó con ojos vidriosos Jie.

— Seungji es fuerte, creo y espero que sí, ¿no? — a esas alturas, todo era cuestionable.

— Necesito una afirmación. — seguía sujetando la manga de su chaqueta para que no se moviera.

— Sí. — tiró de su brazo y la acercó a él, deshizo su agarre a la tela y le dio la mano, moviendo su pulgar circularmente intentando reconfortarla. — Pero eso no es algo que deberíamos hablar aquí, es tarde y si nos pasase algo no creo que tengamos la fuerza suficiente para hacerle frente.

Siguieron caminando hasta detenerse delante del piso de Jaemin, vivía con su madre, la cual al decirle que esa noche dormiría fuera de casa, porque todos pensaban quedarse en casa de Mark, se había ido también con sus amigas de viaje a Busan y volver al día siguiente.

— ¿No debería irme a casa? — preguntó ella con desdén, estaba cansada y seguía triste.

— Alguien tiene que cuidarte, por las heridas que están sangrando, tu casa queda a una manzana, si quieres irte adelante, si te quedas te curaré y te acompañaré a casa más tarde. — le propuso Jaemin. — ¿Entonces?

Jie entró dentro y sintió sus mejillas calientes, la calefacción funcionaba tan bien, y después de sacarse la chaqueta y dejarla colagada se dio su primera oportunidad de sonreír levemente después de todo lo que había ocurrido.



🏔


—Nota

(Las faltas de ortografía de la historia completa, serán corregidas esporádicamente y sin un orden aplicado)

Let Me Love Him - Na JaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora