𝘥𝘪𝘦𝘻.

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—pesas mucho.— me quejé mientras ponía las palmas de mis manos sobre su espalda y lo empujaba un poco. ruel no sabía lo que era el espacio personal, y no me molestaba, pero prácticamente tenía su cuerpo sobre el mío y digamos que no era la persona más ligera del mundo como para estarme aplastando.

—pero estoy cómodo así.— respondió metiendo un puño de palomitas a su boca mientras volvía a tirar su espalda sobre mí.

—ruel quítateeee.— me volví a quejar escuchando unas risitas de su parte.

—no quiero.— dijo dejando caer todo su peso sobre mí y abriendo los brazos y las piernas como si fuera una estrella de mar. pasé mis manos de su espalda a su estómago y le empecé a hacer cosquillas. se retorció entre carcajadas y por fin se tiró a mi lado en la cama, dejándome respirar.

—eres un pesado, literalmente.— bufé mirándolo.

—pero así me quieres.— canturreó volviendo a acercarse a mí de golpe y abrazándome por los hombros.

—¡tienes las manos sucias!— mi cara quedó pegada contra su hombro y lo abracé de vuelta con una sonrisa. el resto de la noche la pasamos abrazados entre chistes, comentarios molestos y quejidos de ruel. ya era tarde pero al parecer ruel aún tenía energía, era como si nunca se cansara —ruel ya cállate, quiero dormir.— me quejé con la voz rara al tener la cara contra la almohada y uno de sus brazos.

—no, hay que ver otra película.

—no. mejor ya cállate y duérmete, es tarde.

—¡por favoooooor! no seas aburrida, hay que ver otra.— suplicó sacudiendo mi brazo.

—¡ruel ya cállate, hasta acá puedo escucharte y no me dejas dormir!— solté una risita al escuchar el grito de coco desde su habitación.

—ni quería seguir despierto.— se quejó apoyando la cabeza en la almohada y cerrando los ojos.

—duérmete o mañana no vas a poder despertarte y vas a estar de pesado con tu mal humor.— murmuré medio adormilada, sin abrir los ojos. lo escuché suspirar y me acerqué más a él para abrazarlo y apoyar mi cabeza en su pecho. rodeó mis hombros con sus brazos y sentí como se acurrucó contra mí. era muy cómodo. definitivamente yo también prefería dormir con él que hacerlo sola.

—es que no tengo sueño.— se quejó bajito.

—bueno pues yo sí. ¿me cantas una canción? por favor.— le pedí esperando que aceptara hacerlo. él no cantaba muy seguido últimamente, pero yo siempre amaba poder escucharlo porque tenía una voz hermosa.

pensé que iba a decirme que no quería hacerlo, pero sonreí cuando comenzó a cantar bajito y con una de sus manos acarició mi cabello. intenté no dormirme para poder escucharlo, pero me fue imposible con su voz tan tranquila y sus caricias.







—¡es tarde!— dije despertando de la nada y mirando a todos lados. tomé mi celular de la mesita de noche y abrí los ojos de golpe —¡ruel es tarde!— me puse de pie rápido y me fui directo al piso cuando me tropecé con una de sus largas piernas. me quejé y lo escuché murmurar algo desde la cama, sin estar del todo despierto. me levanté y tomé una de las tantas almohadas que había y lo golpeé.

—¡ay!— se quejó frunciendo el ceño —que bonita forma de despertar.

—muévete, es tarde.

—¿de qué hablas? ya quedaste loca.

—es tarde para las clases, ruel.

—¡pero si es sábado!— gruñó dándome la espalda y volviendo a cubrirse con las mantas. lo miré confundida y volví a tomar mi celular para mirar la fecha. sí, era sábado —ya cállate y ven a dormir de nuevo.— dijo abriendo sus brazos. suspiré y sin pensármelo dos veces me tiré en la cama para acurrucarme contra él. lo abracé con fuerza y acaricié su cabello cuando descansó su cabeza entre mi hombro y mi cuello —no puedo creer que pensaste que había clases. me despertaste para nada.

—es tu culpa, cuando estoy contigo no sé ni que día es.— quise golpearme después de decir eso. ¿qué me pasaba últimamente con decir ese tipo de cosas? primero lo de mirarlo y ahora esto, ¿qué seguía? ¿decirle que me gustaba directamente?

para mi suerte ruel estaba lo suficientemente adormilado como para que su cerebro no procesara eso. agradecí que no haya dicho nada e intenté reconciliar el sueño una vez más.

no podía hacerlo.

después de media hora me rendí y abrí los ojos bajando la mirada hasta ruel, quien estaba en un profundo sueño, con los labios entre abiertos y muy relajado. con mucho cuidado acaricié su mejilla y después pasé mi mano hasta su cabello, donde aparté los mechones que caían por su cara. jugué unos minutos con su suave cabello y paré cuando sentí como se movió.

—no, sigue.— me pidió en un susurro, tomando mi mano y llevándola a su cabello. hice lo que me dijo y él se acurrucó más contra mí, abrazándome con fuerza.

—no quería despertarte.— hablé en el mismo tono mientras seguía jugando con su cabello.

—ya no importa.

—hola perdedor, hola niña.— la puerta se abrió de golpe y coco entró con el cabello revuelto. se detuvo frente a la cama y me miró con una sonrisa burlona al ver como estábamos abrazados.

—adiós tranquilidad.— ruel suspiró de forma dramática y escondió su cara en mi cuello.

—no es justo que ruel tenga alguien a quien abrazar y yo tenga que dormir sola.— se quejó estirando su brazo y rascando el pie de ruel, quien se retorció y gruñó enfadado.

—es porque nadie te quiere.— la molestó.

—a ti tampoco nadie te quiere.— se cruzó de brazos.

—ella me quiere y no necesito que nadie más lo haga.— respondió —ya vete coco, es muy temprano para que estés molestando.— dijo alzando la mano y haciendo una señal de "sal de aquí".

—delilah, en serio no entiendo como te puede gustar...— se interrumpió y yo abrí los ojos asustada al escucharla decir eso. casi pude sentir como mi corazón dejó de latir al escuchar lo que dijo —pasar tiempo con este tonto.— terminó de decir, tratando de arreglar lo que había hecho.

—porque yo soy divertido, no como tú que eres una insoportable.— dijo ruel con obviedad, dejando de abrazarme y recostándose hacia arriba en la cama, mirando al techo. suspiré aliviada al notar como no entendió lo que coco dijo y me llevé las manos a la cara con frustración. por un segundo creí que todo esto iba a terminar distinto. ¡¿cómo se le pudo escapar eso?!

—tengo que irme.— dijo nerviosa, mirándome apenada —solo venía a decirles que mamá dijo que bajen a desayunar.— habló rápido antes de salir casi corriendo de la habitación.

en estos momentos de la vida es cuando agradezco que ruel sea despistado y algo lento como para darse cuenta de las cosas.

𝐒𝐓𝐔𝐂𝐊 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐘𝐎𝐔!     (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora