𝘶𝘯𝘰.

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hoy era lunes y, lamentablemente, las clases comenzaban de nuevo. estaba segura que ruel se había quedado dormido y por eso le llamé hasta que respondió de mal humor, como solía pasar a diario antes de las vacaciones. era mi deber, como cada regreso a clases y también como buena mejor amiga, encargarme de que estuviera listo a tiempo. bajé del auto y troté hasta la entrada de la gran casa para tocar el timbre. tan solo esperé unos segundos antes de que se abriera la puerta.

—hola coco.— sonreí alzando mi mano para chocarla con la suya.

—¡al fin vienes! ya me estaba olvidando de lo fea que era tu cara.— se rió recibiendo un golpe en el brazo, sin mucha fuerza, de mi parte.

—que chistosa amaneciste hoy.

—y guapa también.

—mira que modesta,— llegó kate negando con diversión —ya vete a desayunar.

coco se fue corriendo después de darme una sonrisa.

—buenos días kate.— sonreí aceptando su abrazo y dejando un beso en su mejilla como saludo.

—hola cariño, ya te extrañábamos por acá.— me dijo llevándome hasta el comedor, donde estaban coco y sylvie desayunando. me acerqué a la mayor y despeiné su cabello para molestarla.

—yo no la extrañaba.— bromeó sylvie apartando mi mano de un golpecito.

—¡mamá, no encuentro mi zapato! ¿me ayudas?— escuché el grito de ruel desde el segundo piso.

—yo voy, y de paso le meto prisa porque vamos tarde.— me reí pasando a un lado de kate y subiendo las escaleras cuando ella me dijo que estaba bien. llegué hasta la puerta que estaba de segunda en el gran pasillo y di dos golpecitos para hacerle saber que iba a entrar —hola tonto.— sonreí grande, mirando su lacio cabello moverse cuando giró la cabeza en dirección a la puerta al escuchar el sonido de mi voz. una sonrisa creció en sus labios.

—¡hola!— exclamó feliz, caminando hacia mí para abrazarme. llevaba unos jeans negros y un hoodie rosado. me reí al ver que tenía una calceta roja y otra azul —te extrañé. las vacaciones se me hicieron eteeeernas sin ti, y no de una buena manera.

—yo también, no tenía a nadie para molestar.— dije haciéndonos reír —tienes una calceta de cada color.

—ya no importa. solo ayúdame a encontrar mi otro zapato, por favor.— se quejó mirándome. bueno, tampoco era que me estuviera mirando como tal, solo que... ya saben.

—acá está.— dije caminando hasta el escritorio que había a un lado de la ventana y agachándome para tomar su converse negra. se la entregué para ver como se la colocaba y rápido se acercaba a mí.

—listo, vámonos.— enganché su brazo con el mío y juntos bajamos hasta el primer piso donde estaba su familia —¡adiós!— nos despedimos al unísono mientras salíamos de la casa, donde todos nos desearon un buen día. bajamos los escalones de la entrada y subimos al auto con algo de prisa. lo encendí y puse marcha hacia la universidad.

—anoche no dormí nada.— habló ruel cuando nos detuvimos en un semáforo. me giré a mirarlo y por unos segundos quedé embobada con su perfil. era tan lindo, ¿por qué a veces no se valoraba? él valía muchísimo, y no por su físico, sino por la preciosa persona que es. tiene un corazón enorme y cualquiera sería muy feliz de tenerlo en su vida.

quiero incluirme en ese cualquiera.

en serio, quiero ser la primera en esa lista.

𝐒𝐓𝐔𝐂𝐊 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐘𝐎𝐔!     (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora