El Temible Agust D - Taegi

¿Otra nota?

-Ya puedes marcharte. -dijo el rey a su mano derecha el cuál lo había ayudado a ponerse las joyas.

-Claro. -dijo Hoseok dando una reverencia. -Señor, con todos mis respetos ¿Por qué salió aquella noche?

Hoseok no podía quitarse de la cabeza la salida nocturna de su rey. Estaba preocupado y a la vez tenía curiosidad. Tal pregunta hizo que Agust D lo mirase fijamente.

-¿Conoces a Hansung?

-Oh sí, es uno de nuestros pupilos.

El rey sonrió ante su respuesta.

-Dime ¿Es bueno con la espada?

-Si señor, aprende rápido.

-Esta bien. Bueno, marchate ya. -dijo tumbándose en su diván. -Espera, acercate.

Hoseok estaba a punto de marcharse cuando su rey lo volvió a llamar, al girarse vio que estaba escribiendo algo en un papel.

-Dale esta nota a Hansung, no le digas quien te la dio. -Hoseok extendió la mano y la cogió. -Y esta otra llevasela al herrero, el sabrá lo que tiene que hacer. -Hoseok asintió y se marchó.

-¿Desde cuando muestras interés en los aprendices? -se dijo Hoseok frunciendo el ceño.

*

Durante un descanso Hansung aprovechó para ir a beber agua. Al volver vio a sus amigos en corrito hablando por lo bajo.

-Ey ¿De qué habláis?

-Sssh... ven aquí Hansung. -Dijo Joon.

-¿Qué ocurre?

-Dicen que hace unos días vieron al rey por las calles. -Dijo Seokjin.

-¿Oh enserio?

-Sí, sí ¿Te imaginas encontrartelo cara a cara? Menudo miedo. -Dijo Min.

-Jaja no será para tanto. -Dijo Hansung.

-¿Cómo que no? ¿No has oído todo lo que dicen de él? -Dijo Min con cara de miedo.

-Sí, pero hace tiempo que no se oye nada malo… Quizás ha cambiado.

-¿Estás seguro? -señaló Joon hacía tres cabezas que había colgando en lo alto. -No se oye nada malo por que el pueblo vive acobardado. Seguro que ellos la pifiaron y acabaron así. -concluyó Joon.

-Bueno, bueno, aun así… me gustaría conocerlo.

-¿Pero qué dices? ¡Estás loco! -lo golpeó Min.

-Vosotros cinco, no está permitido cuchichear en palacio! ¿Queréis que os castigue? -Dijo Hoseok.

Este acababa de volver del recado que le había mandado el rey en la mañana.

-No, no señor. -se disculpó Min.

-Bien, pues sigamos con la práctica.

Hoseok los separó y continuaron ensayando.

*

-Bueno mañana más, volved con cuidado. -dijo Hoseok. - Hansung tu no te vayas, quiero hablar contigo.

-Oh, dígame señor.

-En el descanso un tipo me dio esto, me dijo que era para ti.

Hansung cogió el trozo de papel que le había dado. ¿Otra nota? pensó a la vez que la leía.

Nota: Cuando llegues a casa mira en tu alcoba. Espero que no le hayas hablado a nadie de mí.

-¿Y esa cara? -preguntó Hoseok a la vez que intentaba leer a través del papel ya que se transparentaba con luz del sol.

-No, no es nada, gracias por dármela. -Hansung hizo una reverencia y salió corriendo.

Al salir de palacio este volvió a leer la nota. ¿Será del tipo de aquella noche? Pensó.

La letra parecía la misma, lo único que cambiaba era el material del papel.

La verdad que Hansung había olvidado por completo el encuentro que tuvo con aquel hombre, pero ahora que tenía otra nota se andaba preguntando si su encuentro no fue una casualidad.

-Ey Hansung ¿Qué quería Hoseok? -pregunto Min.

-Esto... -Hansung se quedó pensando si debía contar lo que sucedía o no. - Nada, solo me felicito por el entrenamiento de hoy jaja. - Dijo rascándose el cuello.

-Vaya, parece que el profe ya tiene un favorito. -dijo Joon.

-Jaja eso no es verdad... Bueno me iré ya, tengo muchos quehaceres.

-Oh, pero no vienes a tomarte algo con nosotros hyung? -dijo Jeongguk.

-Lo siento, otro dia será. Adiós~

Hansung salió a pasa rápido hacia su casa. Tenía mucha curiosidad por saber qué era lo que había en su alcoba.

Al llegar a casa fue corriendo a sus aposentos y registro todo de arriba a abajo sin éxito.

-¿Se tratará de una broma? -se preguntó.

Recordó dónde tenía la nota de aquella vez y comprobó si era la misma letra.

-Si que lo es... Mmm... -Hansung se sentó y pensativo miró al techo. -¡Oh! -Exclamó al ver algo colgando de los tablones del techo de su alcoba.

Se subió a su cama y tiró fuerte de ello. Hansung se arrepintió al instante cuando varios tablones cayeron sobre su cabeza. Tras pasarle algo el dolor observó lo que había caído sobre su regazo. Abrió sus ojos como platos al ver de qué se trataba.

-¡¡No jodas, una espada!! - La observó y vio que había otra nota. -¿Más notas?

Nota: Me han dicho que eres bueno con la espada. Espero que le des buen uso.

-¡No me lo puedo creer! ¡Tengo un admirador!

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